Opinión

Incapacidad de alcaldes desborda hechos violentos en municipios


El Peregrino // Abel Flores

”Los directores de Seguridad Pública en las alcaldías, son tipos con la menor preparación que solapan marrullerías de un ejército de policías obesos”

Si no linchan a un individuo, queman patrullas, o mueren ciudadanos en las cárceles preventivas municipales; esta situación no debe seguir, los ayuntamientos están obligados a mostrar mayor eficiencia en sus labores de seguridad, y menos negligencia e incapacidad.

La mayoría de los alcaldes se han mostrado complacientes con sus fuerzas de seguridad, pocos han realizado cambios y una restructuración en las estrategias para hacer frente a la delincuencia, pues lamentable como en el caso de Xaltocan es la misma fuerza bruta policiaca la que reprime a los ciudadanos.

La delincuencia no se combate dando palos de ciego, ni con anuncios espectaculares, ni en redes sociales, o con reportes de Facebook, se enfrenta en las calles, y ahí es donde los policías municipales que son los primeros en responder las agresiones deben evitar que se haga daño a los ciudadanos.

Pero ¿Cómo lo van a hacer?, si la mayoría de titulares que integran las direcciones de Seguridad Públicas en las alcaldías son sujetos con la menor preparación que comandan y solapan marrullerías de un ejército de policías obesos y prepotentes que carecen de acreditación para ocupar el puesto.

Recientemente el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) dio a conocer que de los más de 2 mil 900 policías que hay en las 60 comunas, mi 825 no tienen la acreditación para ocupar el cargo, es decir el 67 por ciento de policías no debería estar ahí.

Es normal que en la sociedad existe encono frente a este tipo de actitudes, y la ausencia de resultados de los alcaldes, pues los pobladores lo único que quieren es vivir más tranquilos en su municipios y comunidades, y cuando la violencia se desborda, como sucedió el día de ayer en Xaltocan, o en días pasados en San Pedro Tlalcuapan, le van a exigir a sus autoridades que realicen con eficiencia su trabajo.

Y luego cuando su discapacidad laboral y mental desborda a los alcaldes, no les queda más que aventarle los problemas al gobierno estatal y federal, pero nunca aceptan sus errores y mucho menos los corrigen.

Pero no sólo son los presidentes municipales los culpables, son todo su equipo edilicio integrados por regidores y sus síndicos que cobran por solo ir a levantar la mano cada Sesión de Cabildo sin aportar ideas, sugerencias, o acciones que se puedan poner en práctica para darle mayor tranquilidad a sus circunscripciones.

Y qué decir de los diputados locales que no se paran por sus distritos para tener el pulso de lo que pasa en las comunidades, y aprueban leyes más estrictas que exijan a los alcaldes mayor responsabilidad.

El gobierno del estado, los ha exhortado una y otra vez para que certifiquen a sus policías, e incluso les ha ofrecido cursos de capacitación para que estén mejor preparados, pero a los alcaldes parece importarles más sus beneficios personales que los de la sociedad.

En diversos municipios los hechos de violencia tendrán un costo político para sus gobiernos, que se niegan a reconocer que los ciudadanos están cansados y claman desesperadamente por mayor seguridad.