OpiniónPORTADA

¿Tlaxcala destinado al rezago y el olvido? 

  • Una política pública de no endeudamiento ha limitado su desarrollo, no obstante su privilegiada ubicación geográfica

ÉRASE UNA VEZ … // POR: PENÉLOPE GARCÍA LOZANO

Nunca es tarde para corregir o actualizar los criterios y leyes que beneficiarían a un estado tanto en materia económica como de servicios y mejores condiciones de vida para su población, hasta ahora es cierto que el no endeudar la administración pública es favorable en muchos aspectos pero también limita que se crezca responsable y paralelamente junto con el resto del país.

El desarrollo del estado es lento y no se ha aprovechado la privilegiada ubicación que el estado guarda con el resto del país. De conocimiento general son los factores que limitan demasiado al estado.

Las dos principales limitantes son; primero que Tlaxcala es uno de los estados que más dependen de la Federación pues entre el 80 y 90% del presupuesto que maneja proviene de lo que le asigna el gobierno federal. El segundo factor, que muchos gobiernos estatales hay presumido como un logro y es más bien una limitante, es la existencia en la ley estatal de un artículo que no permite el endeudamiento del gobierno o solicitar préstamos a la Federación.

Dichos factores provocan que el presupuesto del estado sea limitado y que cuando hay inversión, como la reciente ampliación y mejoramiento de la carretera Tlaxcala- Apizaco, está provenga al 100% de recursos del gobierno federal.  

La mayoría de las obras públicas de alto impacto construidas en el estado, fueron gestionadas a nivel federal. 

Es técnica, económica, legal y administrativamente imposible que el estado con recursos propios pueda ejecutar obras de alto impacto y menos sin la intervención del gobierno federal a través de los diferentes programas y delegaciones.

Esta dependencia presupuestal mantiene al estado en un rezago considerable y es lamentable cuando existen programas federales donde incluyen a Tlaxcala con varios proyectos de mejoramiento e inversión y ciertos sectores tanto sociales como políticos los desaprueben al nivel de rechazarlos aunque se pierda el recurso y la posibilidad de reducir el rezago.

El ejemplo más reciente y aún en conflicto es el rechazo a la construcción del nuevo Mercado Municipal de Tlaxcala, cuya inversión del gobierno federal sería de 110 millones de pesos y que se encuentra en riesgo de perderse, todo por un mal manejo en la negociación entre los diferentes niveles de gobierno y los comerciantes.  

Los comerciantes y locatarios del mercado municipal durante los últimos días han manifestado y mostrado su rotundo rechazo a la obra bajo el argumento que hubo desinformación y atenta contra su supuesto patrimonio, lo cual es falso pues los comerciantes son simplemente usuarios no propietarios, dicho conflicto e irregularidades en el manejo administrativo del mercado no es reciente, pues ha sido evadido por diversas administraciones municipales a sabiendas de lo conflictivo que resulta llegar a un acuerdo con este sector y por no asumir el compromiso de beneficiar a la ciudadanía.

Encasillados en un pensamiento retrógrada los comerciantes del mercado han llevado al límite la negociación, pues los representantes de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) ya casi agotan todos recursos de negociación para conseguir la aprobación del sector, por lo que el plazo que fijaron las autoridades tanto municipales como federales para solucionar el conflicto está por acabarse.  

Sin muchas expectativas, a la ciudadanía sólo le queda resignarse a que la ciudad de Tlaxcala seguirá en el rezago, por intereses políticos o de grupos con poca visión, así como por la incapacidad para resolver conflictos de los diferentes alcaldes que han pasado por el municipio de Tlaxcala. Y con esto se pierde la oportunidad de desarrollo y que difícilmente se volverá a repetir en un corto o mediano plazo, salvo que el nuevo gobierno estatal que llegue después de las elecciones realice un buen trabajo de gestión y afín al plan de desarrollo federal. 

Como este ejemplo hay muchos donde los conflictos sociales, políticos y los intereses de minorías logran imponerse sobre el bienestar de todos los tlaxcaltecas y así se pierden oportunidades de desarrollo. 

Aún siendo este texto una exposición ligera de la problemática que vive Tlaxcala en materia de desarrollo, el tema debe ser explorado a profundidad para buscar salir del rezago y el olvido. Merecemos todos quienes habitamos este estado una mejor expectativa económica y social para los próximos lustros.