Opinión

Recuerdos de un pueblo olvidado…

  • Armando Flores, sin ideas, sin rumbo y próximamente sin Pueblo Mágico…

Por ahí de septiembre de 2015, si no mal recuerdo, Tlaxcala estaba de fiesta igual que ahora, en junio, esa vez anunciando con beneplácito el nombramiento de su segundo Pueblo Mágico: Tlaxco; con trabajo y exponiendo el potencial del municipio la Secretaría de Turismo federal (SECTUR), concedió el nombramiento, pero, ahora, a casi 8 años de aquel evento, ¿qué queda en materia turística de aquel municipio?, el más grande, territorialmente hablando, del Estado.

¿Será que todo está mal, comenzando por la cabeza? Tal parece que así es, nada más veamos a Armando Flores López, el presidente municipal, que nada ha hecho por generar un buen proyecto que rescate al municipio de la amenaza que tiene desde hace por lo menos 2 años: perder la denominación.

El último trabajo que se hizo, y que recuerdo, fue el mercado de artesanías que por cierto al parecer ya no funciona, también por cierto no se echó a andar en su administración, y luego vino una oportunidad envidiable: reconocer a Victoria Dorantes Sosa (La Patria) como oriunda del municipio y levantar, con el efecto que seguramente traería, el turismo local.

En su lugar, Armando Flores se puso del lado de quienes dudaron de la autenticidad de documentos encontrados en el archivo municipal de Tlaxco y en el municipio de Tetla, que también participó en la investigación, y así como si nada clausuró incluso la colocación de los restos de La Patria en el mausoleo que adaptaron bajo su estatua, en el parque principal.

Acto seguido, a Armando Flores tuvo que hacer circo, maroma y teatro para medio componer su error, pero para colmo otro error: encerrarse en su mundo y alejarse de quienes podrían darle difusión a su municipio, creyendo que con su paginita de Facebook ya todo estaba resuelto.

No, no fue así, ahora te pregunto a ti, lector, ¿has sabido en los últimos dos años qué de atractivo tiene Tlaxco como Pueblo Mágico? Bueno, la respuesta seguramente es la misma que estoy pensando, y la que muchos, incluso los habitantes de Tlaxco ya saben.

Ahora bien, ¿cuál ha sido la estrategia de Armando Flores? ¿de verdad quienes saber? Bueno, ahí voy…

Tomarse fotografías comiendo un elote, unas papas, en bicicleta al lado de una laguna, jugando con un trompo, plantando arbolitos y hasta montado en los coches chocones de la feria, esa es la manera en que el alcalde de Tlaxco, de un Pueblo Mágico de Tlaxcala, trabaja por su municipio.

Bueno, para qué les cuento más, solo concluiré diciendo, a manera de opinión, que el nombre de “Tlaxco Pueblo Mágico”, así como está y así como va, en un futuro no muy lejano solo será el recuerdo de un pueblo olvidado, pero eso sí, seguramente cambiará su nombre a las “Rutas Mágicas de Color”, y entonces le colgaremos una medalla (de chocolate) como la de su foto, obvio, por su gran logro.