OpiniónPORTADA

Que se vaya Homero, el objetivo

“No le damos más de 15 días antes de que vuelva a meterse en problemas y tenga a los maestros manifestándose”, dijeron trabajadores de la SEPE-USET luego de enterarse de que su sindicato había llegado a acuerdos con el secretario de educación en Tlaxcala y las oficinas serían abiertas.

13 días después y tal como lo predijeron, Homero Meneses tenía a los maestros manifestándose por sus declaraciones y decisiones que, luego de varios meses, mantienen una tensión constante en el complejo educativo.

El problema no es que surjan conflictos internos, pues en todos los centros de trabajo, secretarías y dependencias existen, el problema es la poca capacidad para resolverlos antes de que escalen a dimensiones incontrolables y que queden a la luz pública.

Por eso, el objetivo de los trabajadores de la USET ya no es pedir mejoras, sino más bien mantener al secretario en la mira, como lo dijeron, para lograr su destitución.

El hartazgo social que se ha generado en medio año ya es insoportable, pero en gran medida se debe a la actitud de Meneses hacia los trabajadores, los ha humillado, los llama de una manera tal que pareciera que no le entienden y lo peor, se conduce con una bandera de “luchador social” más que de funcionario público y eso, a los expertos empleados, los ofende.

“Dice que él es parte del pueblo bueno y sabio, y que lucha por una causa social, pero la verdad es que todos sabemos cómo se manejan las cosas en la USET, y su papel de fingir no le queda”.

Los trabajadores de la educación ya se plantearon una meta y no lo van a cambiar, el lunes nuevamente dieron una muestra de que cualquier conflicto o desacuerdo será suficiente para que se manifiesten con la amenaza latente de cerrar el complejo.

Homero Meneses no ha sabido manejar al sector educativo, pues los propios empleados justifican a exsecretarios como Camacho Higareda, a quien conocían por ser cauteloso y hasta temeroso para no meterse en problemas, el profe Florentino, con quien no convivieron mucho, pero era tolerante y sabía tratar al gremio, y hasta a Tomás Munive, quien dicen, los respetaba y, haciendo alusión a dichos populares actuales “estábamos mejor cuando estábamos peor”.

Otro problema es que sus palabras no son acordes a sus actos, les prometió “rifar” unas camionetas que pertenecen a la SEPE, mejorar aquí y allá y nada ha cumplido, pero eso sí, los maestros pueden ir a lavar coches, o renunciar, como mejor lo crean conveniente.

Se quitarán privilegios y se los dará a sus amigos, se restructurará el modelo educativo, siempre y cuando al secretario le convenga, y hasta lo tienen que defender cuando se mete en problemas, por ahí dicen que en una reunión le tuvieron que decir “o te callas o te callo”, porque nadamás hablaba sin sentido.

“Denle otra oportunidad”, pidieron las autoridades estatales, como diciendo “no sabe lo que hace”, y en menos de dos semanas la volvió a regar… Ahora otra vez hay buenos acuerdos, pero… ¿pasarán otras dos semanas para que Homero vuelva a estar en la mira y sea el objetivo por destruir del sector educativo que dirige?