OpiniónPORTADA

Necios y agresivos

  • Los vendedores de pollo siguen sin refrigerar o al menos colocar en hielo sus productos, pero eso sí, los medios de comunicación son los culpables de que la gente les deje de comprar

Necios, pero también agresivos, resultaron los vendedores de pollo a la hora de entender lo que está sucediendo y de acatar las disposiciones sanitarias que les dictó desde hace unas semanas la Secretaría de salud del Tlaxcala a través de la COEPRIST.

Los comerciantes siguen sin refrigerar sus productos, o al menos colocarlos en hielo para procurar mantenerlos a una temperatura adecuada, de entre 4 a 6 grados centígrados es la recomendación, y en cambio continúan ofreciendo la carne cruda a la intemperie.

Por si fuera poco, ahora culpan a los medios de comunicación por exhibir sus cochinadas y provocar que sus ventas hayan bajado, incluso, en Tlaltelulco agredieron a una reportera que intentó, dice ella, conseguir información sobre la situación que enfrentan ahora los polleros.

Todo es malo para ellos, menos las condiciones en que durante muchos años trabajaron y que provocaron que cayeran en una zona de confort de la que nadie los movía, a pesar de que tarde o temprano algo iba a suceder, pues las condiciones insalubres de la venta de pollo eran una bomba de tiempo que tarde o temprano iba a explotar.

Es como el que vende los taquitos de a 3 pesos: tarde o temprano alguien se va a enfermar y le van a arruinar el negocio, claro, si no cambia su manera de vender y la calidad de lo que vende, eso sí, antes de que le caiga la ley.

Ahora, la consigna es cambiar la cultura de la venta de pollo, pero ¿cómo cambiar algo que no se quiere? Si los polleros ya están acostumbrados a vender así, algunos en malas condiciones y otros como en aquella película donde el vendedor le dice al cliente: el que maté yo cuesta más que el que se me murió solito”.

La cultura de la venta de pollo no debe ser opcional, debe ser de “vendes apegado a las normas o no vendes”, porque no se está jugando al a ver qué pasa si te enfermas, a ver qué pasa si te venden pollo limpio o contaminado, se están metiendo con la salud de las personas, claro, de manera inconsciente porque tampoco ellos quizás no tienen la culpa de que su carne esté contaminada.

Quizás ellos solo compran la carne sin saber de dónde viene y confiando en que estará limpia, quizás ellos son los menos culpables de que el pollo tenga una bacteria, pero por si acaso, ellos sí son los responsables de que, si acatan las medidas sanitarias y refrigeran su pollo, la bacteria se muera a tiempo y no llegue a los consumidores finales, de eso ellos sí son responsables.