Educación

Educación Indígena cumple 57 años en México: SNTE

  • Maestros tienen vigente la educación al servicio del pueblo
  • La educación indígena es fuente de inclusión, diversidad, diálogo, intercultural, pluriculturalidad y sociedades sostenibles

En el marco del 57 aniversario de la creación del Servicio Nacional de Promotores Culturales y Maestros Bilingües, que se celebra el 1 de marzo, El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), recordó la creación de la Educación Indígena una esencia de los pueblos originarios.

Como parte de la remembranza, añadió vía redes sociales en la página oficial del sindicato que los maestros mantienen vigente postulado por la educación al servicio del pueblo.

“En 1964 en la sierra norte de Puebla, inicia el plan Curso de capacitación para promotores culturales y maestros bilingües. Con vocación maestros SNTE desde 1964 enaltecen la educación indígena en México, aun pese a la crisis sanitaria por coronavirus la convicción del docente es fundamental para revitalizar lenguas maternas”.

Recordó que nació un primero de marzo en el pueblo de Comaltepec, municipio de Zacapoaxtla la educación Indígena.

En México existen 68 lenguas vivas, de las cuáles se desprenden 364 variantes, y nueve de las lenguas están en riesgo de extinguirse.

Para el SNTE y la a Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO la educación indígena es fuente de inclusión, diversidad, diálogo, intercultural, pluriculturalidad y sociedades sostenibles.

Actualmente el SNTE suma 60 mil docentes en educación indígena los cuales atienden a un millón 300 mil alumnos en 10 mil 155 escuelas.

“Gracias a la educación indígena se dignifican las lenguas de nuestros pueblos historia de nuestro presente y base del pensamiento”.

Resaltar que en Tlaxcala registra dos, el primero y más numeroso es el náhuatl asentado en la parte sur del estado en el cinturón geográfico que se denomina las faldas del volcán Malintzi e integra a una docena de municipios; el segundo es el otomí asentado en su totalidad en el municipio de San Juan Ixtenco.