OpiniónPORTADA

¡Voto de castigo para los tramposos!

  • Que necesidad del vulgar espectáculo de los políticos sin principios

Por: Penélope García Lozano¿Quién confiaría en quienes mintieron, falsificaron documentos oficiales, se autoexhibieron en sus debilidades y podredumbre?, todo para vivir cómodamente tres años o prolongar una vida de holgazanería. ¡Nadie¡, pero aún así los

sinverguenzas apirantes a candidatos a diputados locales por los distintos partidos políticos cayeron en la tentación de intentar violentar la ley de acciones afirmativas y con ello exponerse al

rechazó del electorado el próximo 2 de junio.

La falta de escrúpulos de la mayoría de los

aspirantes que presentaron documentación falsa para su admisión como candidatos. Fue exhibida por el ITE que al igual que el INE se pasaron de perversos al autorizar un reglamento que además de mal hecho iba a provocar la difusión de la realidad de los pseudo políticos. ¿Este habrá sido el propósito de los consejeros?, que contó con la complicidad, ignorancia y chambonearía de los

representantes y liderazgos de los diversos partidos que no fueron capaces de presentar propuestas bien elaboradas. En la cuestión de las acciones afirmativas todo estuvo mal hecho.

Comenzando porqué la paridad de genero en la

designación de candidatos tuvo el efecto boomerang, por qué afectó la capacidad, preparación, honestidad y experiencia

legislativa de los aspirante para privilegiar a grupos minoritarios, un extremo que dejo a los hombres en condición de afectados y con pocas posibilidades de ser considerados como idóneos para un cargo.

No hay como defender a quienes se quitaron la careta de la hipocresía, la voracidad por el dinero fácil los puso en la picota del ridículo y escarnio público, esto será una loza que cargarán mientras vivan.

Nada detuvo a estos sinvergüenzas que ya fueron hechos pedazos por el ITE y medios de comunicación, sus nombres no vale la pena mencionarlos, no es nuestro objetivo contribuir

a su deshonra y falta de dignidad.

Todo indica que la mayoría de nuestros políticos podrían ser calificados como repugnantes personas, porque han mentido, son tramposos

y buscan permanentemente engañar a las mayorías. 

También tienen la culpa los partidos políticos

que dejaron pasar o hasta estimularon a los deshonestos.

En este aquelarre quedó demostrado que la igualdad no existe, porque siempre habrá un sector poblacional que quede descobijado y que soló se ha provocado más putrefacción política.