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Visita primera astronauta mexicana la UPTx para motivar a los universitarios

  • Con una conferencia magistral “Sueña en Grande”, la primera astronauta mexicana incitó a los jóvenes a trabajar por sus objetivos, ella se ha convertido en la mujer más joven en participar en un proyecto internacional y viajar al espacio

Katya Echazarreta, la primera astronauta mexicana en formar parte de un proyecto de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), por sus siglas en inglés, visitó el campus Tepeyanco de la Universidad Politécnica de Tlaxcala (UPTx), para motivar a los jóvenes sobre la constancia y el trabajo necesarios para lograr objetivos de vida.

La primera y más joven mujer en viajar al espacio fue recibida por el rector, Enrique Padilla Sánchez, y por cientos de estudiantes de las diferentes ingenierías, para posteriormente dictar la conferencia magistral denominada “sueña en Grande”, en la que compartió experiencias de vida que, junto con el trabajo y la constancia, la llevaron a ser reconocida a nivel internacional, incluso fuera del planeta.

Durante esta charla, Katya Echazarreta recordó que cuando niña, con apenas 7 años, soñó que algún día viajaría al espacio y sus ganas de hacerlo posible fueron el motor para que se empeñara en obtener las mejores calificaciones en la escuela, hasta que obtuvo una beca en la Universidad de California, Estados Unidos.

A sus 27 años, es ingeniera electrónica de la NASA y divulgadora científica mexicana, y en junio de 2022 se convirtió en la primera mujer nacida en México en viajar al espacio exterior como parte de la misión Blue Origin NS-21 a bordo de la nave New Shepard.

“Cuando me invitaron a participar me puse a llorar, y no porque me diera mucha emoción, sino porque había logrado mi objetivo, pero me daba mucho miedo. Yo me preguntaba: ¿Y si exploto? Pero no si explotaba de emoción, sino que si literalmente explotaba en el espacio. Quiero decirles que sí, lograr tus objetivos también da mucho miedo, te hace llorar, te hace querer dejarlo todo, renunciar, pero también es claro que es muy satisfactorio, y lo volvería a hacer”, dijo ante los universitarios.

Tras una charla de casi una hora y una batería de preguntas sobre su experiencia y profesionalismo, la mujer que todo el tiempo estuvo abierta a ser cuestionada y responder como si se tratara de un encuentro con amigos, al final se tuvo que despedir, pero dejó entre los estudiantes la chispa de continuar y ser los mejores en su carrera para tener mejores oportunidades de vida.

Al final, esos cientos de asistentes la buscaron para entregarle muestras de afecto y admiración, algunos ramos de flores y para que les firmara en sus libretas o en hojas de papel y conserven un recuerdo de su motivadora.