MunicipiosPORTADA

Un dealer en la escuela…

  • Alumnos de secundaria y preparatoria han encendido alarmas por la venta y consumo de drogas en los planteles, pero han sido ignorados porque falta coordinación entre autoridades; en los planteles parece que los directivos ya tienen línea de decir que «no existe»

Encontrarse con dealer en la escuela, o saber que hay uno o varios en el salón de clases es la incertidumbre que tanto estudiantes como padres de familia enfrentan todos los días; los primeros con el temor de que no vayan a ser ellos las siguientes víctimas o con la curiosidad de lo que se sentirá probar alguna sustancia prohibida, y los segundos con el temor de que sus hijos no vayan a caer voluntaria o involuntariamente en las drogas.

Alumnos de secundarias y preparatorias en Tlaxcala ya alertaron sobre la venta y consumo de estupefacientes dentro y fuera de los planteles, pero como si se tratara de siglos pasados, donde hablar de ciertos temas estaba prohibido y era objeto de censura, parece que, a las autoridades, tanto escolares como de seguridad, les cuesta trabajo creerlo y admitir que el problema existe.

Las quejas han sido varias, y los reclamos de los estudiantes para que frenen esto a tiempo se han manifestado, pero también pareciera que, desde las escuelas, los directivos tienen la línea de decir que no pasa nada y ocultarles incluso a sus superiores que tienen deficiencias y que ya se les “coló” algún distribuidor y varios consumidores al plantel.

Tal como ocurrió con los dulces “contaminados” hace unos meses, donde a pesar de los intensos operativos que se presumieron nunca hubo resultados, así son los esfuerzos en las escuelas por frenar la venta y consumo de drogas; los profesores y directores son el primer obstáculo, pues niegan todo y provocan que el problema crezca.

Así pasó ayer en Tepeyanco, cuando hasta esta redacción llegó el reporte, hecho por un profesor de la escuela, por si alguien se pregunta cómo fue, de que un estudiante de cuarto semestre sufrió convulsiones luego de presuntamente consumir alguna sustancia (encontrada en una bolsita) dentro de los sanitarios.

Los directivos, incluyendo la enfermera del colegio, salieron a desmentir, cada uno con su versión, y dijeron que no había pasado nada, que solo se trató de un desmayo y el jovencito se golpeó, pero que ya habían llamado a sus papás y todo estaba bien.

Incluso, la encargada de atender a los jóvenes en primeros auxilios salió hasta la calle hasta donde este reportero se encontraba para decir que “no había nada” y al ser cuestionada sobre el alumno que supuestamente se desmayó y la presencia de una patrulla de la policía municipal y la ambulancia, dijo que “sabemos que nuestros estudiantes no comen bien”.

También se manejó la versión de que el alumno iba muy enfermo de gripe y por los síntomas se desmayó en las escaleras y se golpeó, mientras que el propio docente que estuvo presente y quizás hasta lo auxilió quedó como un mentiroso.

Así se maneja el tema de las drogas en las escuelas, así desde dentro “no pasa nada” y como es sabido, esta respuesta va escalando hasta que a las autoridades estatales no les queda más que decir “sabemos que existe, pero no sabemos dónde está”, porque desde los escalones inferiores la información se viene perdiendo y no llega a quienes deberían tener resultados.