OpiniónPORTADA

Relajados…

  • El Popocatépetl disminuyó su actividad y el Covid-19 ya no es amenaza, los tlaxcaltecas vuelven a la normalidad, pero con precaución

Relajados… así es como inició esta semana luego de que el Popocatépetl disminuyera la actividad que llevó a la Coordinación Nacional de Protección Civil y al Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), a declarar la fase 3 del color amarillo en el semáforo volcánico.

Relajados se vieron los tlaxcaltecas, primero porque “Don Goyo” ya se tranquilizó un poco y la caída de ceniza ya no fue un problema en los municipios de la zona centro y sur, donde se suspendieron las clases debido a la contingencia, y también porque el Consejo Estatal de Salud determinó que el Covid-19 ya no es una emergencia de salud, como lo había sido desde marzo de 2020.

Tres años y un mes después podemos decir que el cubrebocas ya no es indispensable, al menos para los espacios poco ventilados, y aunque el “popo” por unos días volvió a hacerlo necesario, lo mejor será ir tomando las precauciones debidas e ir “tanteando” cuándo hacerlo obligatorio y cuando no, por nuestra salud y la de los demás.

Ahora sí, las autoridades dejaron todo en manos de las personas y, como hace unos días se viralizó en las redes sociales, aplicar el dicho “sálvese quien pueda” ante lo que ahora es la verdadera nueva normalidad.

Tenemos tres años de experiencias, tres años en los que debimos aprender lo malo y lo peor de no utilizar cubrebocas, aunque también, ahora, deberemos conocer las consecuencias de utilizarlo mucho, porque bien lo decía el secretario de educación hace unos días, enfermarnos también está bien, porque le damos oportunidad a nuestro organismo de crear anticuerpos.

Lo que hay que saber, de acuerdo con esa experiencia, es si nos enfermamos grave como para aislarnos unos días, colocarnos el cubrebocas y evitar el contacto con los demás, o la enfermedad es leve que, con el cubrebocas, pero sin aislarnos, podemos evitar otra pandemia.

Ahora, el Popocatépetl continuará con su actividad, quizás leve, quizás un poco más fuerte que en los días pasados, lo que también nos debe poner al tanto primero sobre cuidar la salud, y luego, para quienes habiten en los municipios que podrían verse afectados, saber cómo actuar en caso de una contingencia.

Es posible que, como lo indican las autoridades, en caso de una erupción Tlaxcala no se vea afectada por la lava o las piedras arrojadas, pero seguramente sí lo será por la ceniza, los gases y demás emisiones que podrían poner en riesgo la salud.

Por eso relajados, relajados mientras se tenga que, pero alerta primero por si el Covid-19 vuelve a hacer de las suyas y también por si el Popocatépetl decide sorprendernos en cualquier momento.