Opinión

¿REFORMA CON DEDICATORIA?… 

  • La reforma constitucional planteada recientemente por el diputado Rubén Terán Águila (Morena) no debe pasar inadvertida.  

La modificación al artículo 106, que establece los requisitos para ocupar la titularidad del Órgano de Fiscalización Superior (OFS), parece tener destinatario. 

Actualmente, la Constitución local restringe la posibilidad de tal puesto a quien se haya desempeñado como funcionario público de primer nivel o directivo, representante popular o integrante de un ayuntamiento a menos que haya renunciado al cargo con dos años de anticipación. 

Sin embargo, el ex coordinador de los legisladores morenistas pretende reducir a sólo 30 días el tiempo para separarse del cargo, lo que podría representar un conflicto de intereses, en el supuesto de que un funcionario se separe del cargo en ese lapso antes de ocupar la titularidad del OFS, pues no podría llegar a fiscalizar los recursos que ejerció al frente del ente al que pertenecía.  

Por otra parte, la Constitución estatal precisa que el aspirante a Auditor Superior deber ser un profesional del área económica administrativa, y con la enmienda se amplía a las Ciencias Sociales, Jurídicas, Administrativas y afines. 

Empero, hay que recordar que la legislación federal contempla un perfil que debe ser considerado para que no haya contravenciones.  

El periodo de siete años para el que fue electa la actual titular del OFS, Isabel Maldonado Textle concluye el próximo 1 de noviembre de este año, de ahí que la modificación planteada por el diputado Terán resulta sospechosa. Y aunque hay legisladores que aseguran que el proceso para renovar dicho cargo será transparente y abierto, la verdad es que otros no lo dejarán al azar.  

Es el caso del perredista Juan Manuel Cambrón Soria, quien ya adelantó que no solo rechazará esa propuesta, sino que la combatirá “en lo político, en lo legislativo y en lo jurídico”, por considerarla regresiva al interés de mejorar la revisión del uso, destino y comprobación del gasto público, pero también a modo para imponer a un personaje afín al régimen.