OpiniónPORTADA

MORENA Y SU CONQUISTA TERRITORIAL

Por: José Luis Ramírez Romero

No pasó inadvertida la noticia sobre el intento de 17 agrupaciones locales de convertirse en partidos políticos. Tampoco que 14 cumplieron con los requisitos que establece la ley para continuar ese proceso.

La fragmentación política es una realidad en Tlaxcala.

Los partidos tradicionales han visto deteriorada su capacidad para representar, no solo a los ciudadanos, sino a sus propios militantes y autoridades electas, a quienes tampoco ofrecen incentivos para desarrollarse en los ámbitos de la política y la administración pública.

La gente ve que los institutos de siempre dejaron de atender los reclamos populares, y la emergencia sanitaria generada por la pandemia de Covid-19 fue su última prueba de fuego. Sencillamente, se atrincheraron y guardaron silencio, cuando los ciudadanos exigían acciones y soluciones.

En Tlaxcala, el voto de castigo a las fuerzas que conformaron la coalición a favor de la continuidad del régimen, fue determinante para que el electorado diera oportunidad, en junio de 2021, a un nuevo proyecto político que ahora es gobierno.

Las secuelas de los intereses personales y de grupo en las luchas por lograr condiciones de control y poder están presentes entre quienes se sintieron relegados. Son ellos los primeros en pugnar ahora por condiciones de democracia participativa y de verdadera representación popular.

En este escenario, el hueco dejado por la desatención de esos partidos es el que le está permitiendo a Morena fortalecerse.

La lógica bajo la cual los institutos políticos se legitiman tradicionalmente es lograr el mayor número de votos en una elección y ganar los cargos de elección popular en disputa. Es la consecuencia de este proceso la que les permite hacer “conquistas territoriales” y establecer bastiones a partir de los cuales enfrentan futuras luchas electorales.

Sin embargo, el Comité Ejecutivo Estatal de Morena, a cargo de Víctor García, ha desafiado esa lógica. No espera a que llegue la elección de 2024 para ganar más municipios. Desde ahora está decidido a incorporar más liderazgos que le signifiquen al partido de la 4T mayor influencia política dentro de los actuales ayuntamientos.

Con la incorporación a Morena de Presidentes Municipales, Síndicos, Regidores, Presidentes de Comunidad, y hasta Delegados, su joven dirigente le está dando una interesante lección a sus pares más avezados en la entidad, quienes, con evidente arrogancia, menosprecian sus logros. Sencillamente, no quieren leer el mensaje de fuerza que está mandando, aun y cuando, en los hechos, mina su capital político.

En pocos meses, el ex regidor capitalino ha logrado que el partido de la 4T sume ya 18 municipios, de los cuales 14 corresponden a los ganados en la elección de junio de 2021, y el resto, que incluyen a Acuamanala, Cuapiaxtla, Tecopilco y Xaltocan, corresponden al alistamiento público de miembros de los cabildos, quienes llegaron a su cargo a través de otro instituto o como candidatos independientes.

Y mientras avanza este trabajo, sus detractores han hecho lo propio para sembrar la discordia dentro de Morena, señalando que está abriendo la puerta al enemigo o que está relegando a los de casa. No obstante, conviene poner atención a lo que realmente sucede.

El Movimiento de Regeneración Nacional ha logrado su arrastre como consecuencia de la suma de expresiones. Al propio Andrés Manuel López Obrador le tocó dar la bienvenida a cuadros provenientes de otras fuerzas políticas. Y en el fondo, se debe advertir el cumplimiento de dos principios. El primero es que a los morenistas históricos corresponde ser congruentes con los ideales del proyecto de la Cuarta Transformación, y seguir adelante con una lucha que aún no culmina. Y el segundo, que los nuevos adeptos quemaron sus naves, por lo que no pueden volver a sus antiguos partidos, y son los primeros que deben demostrar su lealtad con trabajo y resultados.

Finalmente, prevalece una permanente competencia política en la que, si bien el mérito personal es importante, lo es más el interés superior de la consolidación de la 4T.

Es así que, mientras los otrora partidos mayoritarios continúan desgajándose, y surgen expresiones que aspiran a convertirse en nuevos partidos, Morena suma a tomadores de decisiones dentro de las estructuras municipales, quienes, por sí mismos, habrán de obligarse a convalidar la influencia de su instituto anfitrión, pero también, el liderazgo del Presidente de México y de la Gobernadora del Estado, quienes, a nivel federal y estatal, coordinan sus principales esfuerzos.