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Huactzinco, otra presa afectada por la sequía

  • El nivel de agua ha disminuido casi dos metros y los manantiales de los lavaderos se secaron; igual que en Zacatelco el panorama luce desolador

La presa del municipio de San Juan Huactzinco se suma a los cuerpos de agua que, en la región centro y sur de Tlaxcala, se han visto afectados considerablemente por el periodo de sequía que se prolongó desde el último trimestre de 2022 y hasta el primer cuatrimestre de 2023.

Abc Noticias hizo un recorrido por la zona y pudo constatar que el nivel de agua ha disminuido hasta casi dos metros y a los manantiales que la mantienen viva desde hace varios meses no les brota el agua, los pobladores, incluso, organizaron recientemente una faena para retirar la basura y que estos nuevamente volvieran a surtir agua, pero eso no sucedió.

A la orilla del cuerpo de agua se pueden notar unos huecos, que según los vecinos es por donde emanaba el agua, actualmente lucen secos y uno de estos se derrumbó, tapando el venero.

El gobierno municipal, que se encarga de la vigilancia y de abrir las compuertas cuando el vaso acuífero se llena, no lo ha hecho desde antes de la Semana Santa, periodo en que el agua debe estar limpia para los visitantes y lugareños que suelen organizar días de campo en el lugar.

Las tilapias que viven en la presa y la basura que llega proveniente de los árboles, las plantas y humanos se han encargado de ensuciar, pero si el agua se desecha, como comúnmente se hace, probablemente ya no se recupere y entonces sí se declare un estado de emergencia.

Actualmente, el panorama es desolador y pudiera significar más de lo que a simple vista se ve, pues los manantiales que surtían la presa no son los únicos que se han secado.

En la zona de los lavaderos, a unos 400 metros, se puede ver algo similar. Hasta hace unos meses varias personas llegaban para hacer uso del agua que brotaba del subsuelo y que corría por unos canales, aprovechando para lavar ropa o trastes y de esta manera contrarrestar la falta de agua potable en el pueblo.

Ahora, los canales y depósitos lucen secos, los lavaderos abandonados sin fecha para que nuevamente vuelva a brotar el preciado líquido.

En el lugar también pueden verse los huecos de donde brotaba el agua e incluso existe una especie de cisterna que se llenaba y luego con una bomba se extraía para riego o para lavar, pero ahora ya no se utiliza.

Ahora, los lugareños esperan que con la actual temporada de lluvias los mantos acuíferos puedan recargarse y los manantiales vuelvan a surgir, de lo contrario se avizora que en los próximos años la situación empeorará y que, consecutivamente, habrá menos agua que se pueda extraer para la vida en la superficie.