Estado

Exige la FNERRR alto a hostigamiento contra estudiantes 

  • Se sienten preocupados por los últimos acontecimientos de agresión y de una persona de la Capam que acudió a las instalaciones a las 12 de la noche, por ello urgen la intervención del presidente municipal de Tlaxcala, Jorge Corichi para garantizar la seguridad de los estudiantes 

Isabel Polvo 

Lideres de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), pidieron a la autoridad estatal y al presidente municipal capitalino, Jorge Corichi, un  alto al hostigamiento contra los estudiantes.  

Recordar que desde el pasado lunes los dirigentes nacionales y locales denunciaron hostigamiento por parte de un grupo de personas, tras esa denuncia pública se sienten acosados, por lo que dirigentes nacionales de la FNERRR, Adán Márquez, Ulises Mendoza, Iselda Morales y Jesús Carrizales, así como la representante local María Fernanda Vázquez, de nueva cuenta evidenciaron presuntos actos de intimidación.  

En conferencia de prensa, la mañana de este viernes, exhibieron un par de fotografías en la que ubican a personas que rondan las instalaciones de la Casa del Estudiante la FNERRR ubicada en la capital de Tlaxcala, y aseguran que son autoridades de la comunidad de Atempan pues usan unidades oficiales, y han tomado fotografías “arbitrarias” a la infraestructura, sin presentar una identificación, ni orden.  

Y es que, el más reciente caso, fue de una persona que se identificó como trabajador de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (Capam) del municipio de Tlaxcala, pero a la media noche, lo que provocó una serie de sospechas por pretender revisar las instalaciones.  

“Según iba uno de sistema de agua a las 12 de la noche, quería ver que había dentro de nuestra casa, y luego no dio ni la justificación porque iba a revisar el agua, ante el clima de violencia nosotros dijimos porque a esa hora y no en la mañana”.   

Por lo anterior, solicitaron la intervención del gobierno estatal y municipal para que les ofrezcan seguridad, pues derivado de las agresiones de las que han sido objeto, temen por su integridad física.