OpiniónPORTADA

Bienvenidas las reformas si son para mejorar

  • Basta de impresentables en la Secretaría de Gobierno y el OFS.
  • Tiempo de revalorar a los tlaxcaltecas no nacidos en esta tierra.

Por: Penélope García Lozano

En los últimos 30 años han desfilado por la titularidad de la Secretaría de Gobierno del Estado y desde luego también en el Órgano de Fiscalización Superior personajes faltos de capacidad, holgazanes y corruptos que en su mayoría han dejado molestia entre la sociedad social y la clase política de Tlaxcala; sin entrar a profundidad de quienes han sido y detallar sus deficiencias, es necesario que se amplíen las opciones legales para que en ambas instituciones tengan acceso personas con las aptitudes y conducta profesional que garanticen el adecuado manejo de la gobernabilidad y de los recursos públicos.

Recientemente en el Congreso del Estado se aprobaron modificaciones a la ley que permiten que no sólo contadores públicos o auditores sean los encargados del OFS y en estas fechas también los integrantes del Poder Legislativo valoran reformar la Constitución de la Entidad para permitir que ciudadanos no nacidos en Tlaxcala sean designados secretarios de gobierno. Indudablemente que esto se presta para presumir que con las reformas propuestas se beneficiará a gente cercana a la titular de poder ejecutivo. En contraparte también de mantenerse este requisito se incurre en discriminación y xenofobia.

Hay tlaxcaltecas por residencia o hijos de padres originarios de esta entidad que nacieron en otro punto del país o embarcación marina o área, que son gente de un alto nivel intelectual, de honestidad probada, trabajadores y que aman a Tlaxcala, pero que mentalidades mezquinas y pueblerinas los desprecian; quienes rechazan las reformas son individuos que buscan privilegios y cotos de poder, son aquellos políticos de bajo perfil que han decepcionado y fracasan cotidianamente en los cargos que desempeñan, son aquellos  “grillos” que viven en la corrupción e intriga.

Esta escoria política es quien difunde mentiras y fomenta la discordia entre sus iguales; son identificables porque no trabajan ni se desempeñan con responsabilidad y respeto. Fomentan el odio y la polarización ciudadana, ellos son a quienes se debería de relegar y no a quienes dejan constancia que son más tlaxcaltecas que muchos originarios de esta tierra.

La idea de que Tlaxcala es para los tlaxcaltecas nos remonta al virreinato y actualmente todos los nacidos en la República Mexicana somos mexicanos, así que sí cualquier ciudadano acredita su residencia legal y aporta trabajo honesto y talento para contribuir al fortalecimiento y crecimiento de Tlaxcala, todos son bienvenidos, aunque esto irrite a los practicantes de xenofobia.

Recomendación, si tiene tiempo de amargarse la vida explore sobre el trabajo de los seudo políticos que han ocupado la titularidad de la Secretaría de Gobierno en Tlaxcala, durante los sexenios de José Antonio Álvarez Lima, Alfonso Sánchez Anaya, Héctor Ortiz Ortiz, Mariano González Zarur, Marco Antonio Mena y Lorena Cuéllar Cisneros, en la mayoría de los casos comprobará que ha sido de mediocre a pésimo. Entonces porqué no reformar para mejorar.