OpiniónPORTADA

Caso Acuitlapilco: el reflejo de una realidad cercana

  • Muy independiente de la corrupción que existe en algunos casos, desde las presidencias de comunidad, lo acontecido el miércoles pasado dejó al descubierto que la carencia inevitable de agua en Tlaxcala está cerca, y que también la calidad del líquido va empeorando desde el subsuelo

Sin duda, el caso de la carencia de agua potable en la comunidad de Acuitlapilco, en la capital, requiere de un análisis bien estructurado y sobre todo que ofrezca soluciones factibles, pero no en el tema de la corrupción, primera alcantarilla destapada, sino en lo que respecta a la calidad del agua que está llegando a los hogares.

Muy independientemente de que si el presidente de comunidad no pagó y que si les cortaron la luz de un pozo y eso provocó la suspensión del servicio por más de dos meses, en Acuitlapilco el verdadero problema para los habitantes consiste en la insuficiencia de agua para abastecer a todo el pueblo.

Te pongo en contexto: en Acuitlapilco existen dos pozos, uno llamado “Mextli” y otro llamado “Frontera”, se llaman así por las calles en las que se ubican. Esos dos pozos se encargan de extraer el agua que ha de llegar a 7 mil tomas (legales) de tres cuartas partes de la comunidad (una cuarta parte es administrada por el sistema hídrico de la ciudad de Tlaxcala).

De estos dos pozos, únicamente el de Frontera tiene la capacidad suficiente para operar al 100 por ciento (%), mientras que Mextli solo opera al 30% más menos, y no es por ahorrar energía, sino porque ya no hay agua.

Es decir, a pesar de que Acuitlapilco tiene dos pozos de agua, ya no hay agua, y existe la necesidad de perforar uno nuevo, un tercer pozo, pero el proyecto no se ha concretado.

Además de esto, el agua que se extrae del subsuelo de Acuitlapilco contiene una cantidad de metales pesados y otros minerales que la hacen imposible para beber, pero sigue siendo idónea para el consumo humano, es decir, puedes con ella lavar la ropa, bañarse, y utilizarla para las necesidades básicas, pero no para servirse un vaso directo de la llave y consumirla, ni siquiera hervida.

Este es el problema real, la carencia de agua en Tlaxcala y la insuficiencia de agua apta para los tlaxcaltecas, es decir, con la calidad que asegure que se pueda consumir, es una realidad no solo en la zona del Zahuapan y el Atoyac, es en todo el Estado y está a la vuelta de la esquina.

El caso de Acuitlapilco solo destapó lo que todos tememos: quedarnos sin agua potable en el centro del territorio estatal, o que la haya, pero que su consumo nos enferme. Como ya ocurre en algunas zonas.