OpiniónPORTADA

VIEJOS POLÍTICOS, “NUEVOS PARTIDOS” Y ¿ASAMBLEAS LEGALES?

En enero pasado, 17 organizaciones ciudadanas promovieron ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) su manifestación de intención de convertirse en nuevos partidos políticos locales, pero solo 10 cumplieron con los requisitos que establece la ley para continuar el proceso.

Los representantes de las “agrupaciones ciudadanas” aseguran que su intención es hacer una “nueva política”, más allá de “intereses personales”. Sin embargo, su búsqueda de una “recomposición social” es igual a la idea de creer que se puede inventar el hilo negro o el agua tibia, como ha sucedido con el desarrollo de asambleas para avanzar en su registro.

Ahí está el caso de Santiago Sesín Maldonado, líder de la organización Renovemos Tlaxcala A.C., quien surgió de las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Dice que hace falta una verdadera representación ciudadana, pero se sabe que es apoyado por los alcaldes de Axocomanitla, Xicohtzinco, Benito Juárez y Tlaxco. Realmente, no está tan lejos del sol azteca, al menos de sus liderazgos locales.

Otro caso es el de Reynaldo Acoltzi Conde, de Fuerza Social Demócrata, quien además de contar con el respaldo de los senadores morenistas José Antonio Álvarez Lima, de quien incluso fue su Secretario Particular, y Ana Lilia Rivera, según ha trascendido, también tiene la ayuda de los alcaldes Xicohtzinco y Axocomanitla. Aquí llama la atención que mientras Xicohtzinco se mantiene en la ingobernabilidad, el edil Luis Ángel Barroso tenga tiempo para hacer enjuagues políticos.

Un caso más es el de la agrupación Democracia Participativa por Tlaxcala, que encabeza el ex funcionario estatal y ex presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Arnulfo Arévalo Lara. Su líder sostiene que se alejó del tricolor porque quienes lo encabezan dejaron de hacer ese trabajo político y estar cercanos a la gente. Tal señalamiento parece haber tenido como remitente los menistas, que impulsaron la candidatura de Anabell Ávalos. Por eso es que no resulta extraño advertir que alcaldes que simpatizan con el marianismo lo apoyan.

Al final, resulta evidente que los nuevos partidos serían encabezados por viejos políticos, que hay presidentes municipales desleales y convenencieros que desvían recursos para quedar bien con varios grupos, y que, por lo visto, ninguna asamblea ha cumplido con el 1% del patrón electoral distrital.

Los problemas para lograr asambleas son tales que sin previo aviso cambian de sedes, fechas, y horas. No obstante, parece que el ITE admite los cambios sin notificar a quienes se acreditaron como observadores de estas asambleas.  ¿Será que la autoridad electoral local las está validando sin que cumplan con quórum?