OpiniónPORTADA

TLAXCALA: DEL ÉXODO POR LA DEMOCRÁCIA A LA CUARTA TRANSFORMACIÓN

Por: José Luis Ramírez Romero

En su reciente visita a Tlaxcala, el presidente Andrés Manuel López Obrador compartió una entrañable memoria que relaciona a la tierra de Xicohténcatl con su historia de lucha.

Fue hace más de 30 años cuando pasó caminando por la entidad en el llamado Éxodo por la Democracia, un episodio decisivo de su vida política, pero también de la resistencia al autoritarismo en México.

En 1991, año de elecciones intermedias en México, López Obrador alzó la voz contra el fraude electoral y comenzó una marcha que partió de la ciudad de Villahermosa, Tabasco, con destino final al Zócalo de la Ciudad de México.

Fueron 50 días de protesta contra los fraudes electorales, mismos que se remontaban a 1988 y que habían impedido a Cuauhtémoc Cárdenas convertirse en Presidente de México, y a López Obrador, en Gobernador de Tabasco, personajes que habían abandonado al PRI para formar parte del Frente Democrático Nacional.

El Éxodo por la Democracia inició el 25 de noviembre de 1991 y culminó el 11 de enero de 1992.

Comenzó con la participación de líderes locales, pero a su paso fueron sumando ciudadanos inconformes con los resultados de las elecciones, en las que el PRI ganó de modo aplastante.

Este movimiento logró conjuntar más de 40 mil simpatizantes en la capital del país, que exigieron justicia y respeto a sus triunfos, evadiendo el acoso del sistema, que pretendía llevarlos a la trampa de la violencia.

El presidente de México llegó a la entidad el jueves 3 de febrero. Así se supo porque trabajadores del restaurante Campestre Atlihuetzía, que es de su preferencia, compartieron fotos con él. Al día siguiente emprendería una gira que incluyó la tradicional Mañanera desde las instalaciones de la 23 Zona Militar, y la inauguración de las sucursales del Banco del Bienestar en los municipios de Santa Cruz Tlaxcala y Apizaco.

El viernes, desde las instalaciones militares, situadas en Panotla, López Obrador rememoró que, a su paso por Tlaxcala, el Éxodo por la Democracia fue bien recibido, y desde entonces reconoció a los tlaxcaltecas como un pueblo fraterno. Con ellos, los integrantes de la marcha recibieron el Año Nuevo de 1992.

Este recuerdo lo llevó a reflexionar sobre el mosaico cultural de los pueblos de México, que constituye la grandeza de nuestro país. Compartió su gusto por el pan de feria que se elabora en Tlaxcala, así como por las “burras” de Cuautepec, Hidalgo -pan que recomendó por ser “de lo mejor”-, y por el pan de burro, en La Mixteca de Puebla, en Tehuacán, en los límites con Oaxaca.

Pero de Tlaxcala habló con especial aprecio y solemnidad: “Siempre lo he dicho, es uno de los pueblos más trabajadores de México, es de los pueblos más laboriosos”.

Manifestó con reconocimiento que, a pesar de tener bastante población y poco territorio, en Tlaxcala se preserva una economía campesina ejemplar, con pequeñas parcelas, de media hectárea o una o dos hectáreas, pero todas cultivadas, privilegiando el maíz y manteniendo sus variedades criollas, con semillas que dan buenos rendimientos.

Por ello, a tres décadas de ese encuentro memorable, en lo que apenas era un incipiente movimiento por la democracia en México, López Obrador refrendó su compromiso de ayudar al pueblo que lo cobijó en las postrimerías de 1991, a la gente del campo, que no sólo siembra maíz, sino que además tiene hortalizas y pequeños corrales en sus patios traseros, y adentro de sus hogares, hornos o telares.

“Es una economía integral, única; es un pueblo muy trabajador, muy laborioso de mujeres, de hombres ejemplares”, expresó el presidente, quien destacó que, “por si fuese poco, tienen reglas de gobierno que deben de copiarse en otros estados”, porque la ley estatal contempla candados para el endeudamiento público.

La reciente gira presidencial tiene, sin duda, una relevancia especial que va más allá de lo anecdótico.

A seis meses del inicio del primer gobierno de la Cuarta Transformación en Tlaxcala, López Obrador declaró su beneplácito por el trabajo de la gobernadora Lorena Cuéllar, de quien apreció su historia de lucha, ya que, como él, enfrentó la adversidad, y resistió hasta el final: “Estamos ahora mucho más contentos que nunca en Tlaxcala por Lorena Cuéllar, que viene luchando desde hace mucho tiempo, y estamos seguros que va a hacer un buen gobierno. Ya está trabajando en eso, está iniciando y ya hay acciones. Y va a contar siempre con nuestro apoyo”.

Estas palabras indican que la gobernadora está en el ánimo del jefe del gobierno federal, no solo porque ganó elecciones, sino porque da resultados, y porque contribuye a cumplir, con lealtad y compromiso, pero sobre todo con corazón y entrega total, los objetivos del proyecto de la Cuarta Transformación que él encabeza.

Tal y como lo expresó Lorena Cuéllar: “Hoy, con orgullo, podemos decir que las bases de esta Cuarta Transformación son firmes y los vientos de cambio han llegado a todos los rincones del país, y Tlaxcala no es la excepción. Es indudable que las bases construidas determinarán un futuro distinto y mejor para todos los mexicanos. Pero no podemos estar aún satisfechos. Consolidar este sueño de transformación exige un gran esfuerzo, un esfuerzo diario e irrenunciable, y trabajar y luchar cada día más para seguir construyendo un México justo, solidario y con bienestar para todos”.

En un escenario nacional de alta polarización política, López Obrador ve en Tlaxcala y su gobierno motivos para seguir adelante, porque hay voluntad política para el cambio. Por eso, aseguró que “el pueblo de Tlaxcala siempre va a contar con el apoyo del Gobierno de la República, porque les hablaba de una relación de más de 30 años de lucha, y cada vez que fui candidato, varias veces o algunas veces, siempre, a pesar de los pesares, aquí ganábamos, en este estado, siempre en Tlaxcala. Entonces, vamos a seguir trabajando juntos”.

Más tarde en Apizaco diría: “Venir a Tlaxcala siempre es una inspiración. Me inspira mucho Tlaxcala, el pueblo de Tlaxcala. Y muchas gracias a la gobernadora Lorena Cuéllar, que nos está apoyando”.

El presidente no olvida, ni las raíces de la 4T, ni los defensores del proceso de democratización a lo largo del país.