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SITIOS EMBLEMÁTICOS DE LA CAPITAL, PROTEGIDOS POR LA LEY

  • Autoridades de los tres órdenes de gobierno deben fomentar el conocimiento y respeto a los monumentos arqueológicos.

Por: Miguel Ángel Lara

Los sitios emblemáticos de la capital del estado están protegidos por las leyes federales, y corresponde a las autoridades de los tres niveles de gobierno garantizar su protección y cuidado.
De acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, es de utilidad pública “la investigación, protección, conservación, restauración y recuperación de los monumentos arqueológicos, artísticos e históricos y de las zonas de monumentos” en México.
Por ello, corresponde a la Secretaría de Cultura (SC), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) y los demás institutos culturales del país, en coordinación con las autoridades estatales y municipales, realizar campañas permanentes para fomentar el conocimiento y respeto a los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos.
En el caso de Tlaxcala, lo anterior, involucra a la Zona de Monumentos Históricos de la ciudad capital, decretada por el Ejecutivo federal desde 1986, la cual está conformada por 33 manzanas que comprenden aproximadamente 124 edificios de valor histórico y arquitectónico construidos entre los siglos XVI al XVIX.
Entre los más emblemáticos, destacan el Palacio de Gobierno, la Capilla Real de Indios, la Iglesia de San José y el Ex-Convento de San Francisco, en el centro del municipio capitalino, los cuales son monumentos de una zona amparada por la Ley.
Cabe recordar que la Ciudad de Tlaxcala de Xicohténcatl se caracteriza desde tiempos inmemoriales como un asentamiento humano rico en costumbres, tradiciones y cultura, cuyos integrantes tenían características particulares, pero en su conjunto se integraban en una gran “federación” independientes en su actuación pero unificados en su conservación.
Ejemplo de ello es que, en las dos primeras décadas del siglo XVI, sobre los asentamientos indígenas los españoles la convirtieron en el primer centro de actividades política y social de la región, con base en la conformación de una unidad de los cuatro señoríos: Tepectipac, Tizatlán, Quiahuiztlán y Ocotelulco.