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Sequía afecta a ganaderos tlaxcaltecas

Tuvieron que sacrificar vacas de cría y reses bravas, por la falta de comida y agua en el campo

Miguel Ángel Lara

La sequía que se ha registrado en al menos los últimos cuatro años en Tlaxcala, y la inactividad que se vivió durante la pandemia por el coronavirus afectaron severamente a los ganaderos tlaxcaltecas, que tuvieron que tomar decisiones drásticas para continuar operando.

La falta de agua en las tierras donde pastan las reses bravas, que a su vez provocó que hubiera menos comida, obligó a algunos empresarios a sacrificar varios ejemplares, para poder mantener solo a los necesarios evitando que se enfermaran y murieran en pleno campo.

Algunos, de acuerdo con fuentes oficiales, tuvieron que deshacerse de hasta más de 50 vacas de cría, algunos toros de lidia y novillos que no dan las características para ser toreados a futuro para reducir los gastos de manutención y para que la ganadería siguiera vigente.

“La falta de lluvias provocó que los jagüeyes se secaran o que bajaran su nivel considerablemente, no hubo mucha comida, ante tal escenario algunos ganaderos, si no es que la mayoría, tuvieron que vender reses a los rastros, los toros por kilo y a precios de carnicería”, dijo el entrevistado.

“Imagínate, mantener 200 o 300 cabezas de ganado no es nada fácil, además de que al no haber corridas pues los toros se hacen viejos y ya no sirven, entonces muchos prefirieron venderlos para sacrificio, a los rastros, a las carnicerías y recuperar un poco de lo que ya invirtieron, a perderlo todo”.

Además, dijo, a todo eso se suman los gastos para mantener a la familia, nóminas para los trabajadores y los gastos generales, lo que en tiempos de pandemia también hizo que las ganaderías se volvieran insostenibles.

Son 38 ganaderías las que hay en Tlaxcala, mi reconocimiento para los ganaderos que no tiraron la toalla y que siguieron trabajando a pesar de la realidad que no es nada favorable; ahora me lo comentan, el escenario es complejo, comprar pastura es muy caro y tampoco hay mucha, esa la proveen los campesinos de la región, pero tampoco hay mucha siembra, entonces no hay pasturas”.

Al final, dijo el entrevistado, la decisión de sacrificar algunos animales fue un tanto buena, ya que permitió una mejor selección de reses y a futo se pueden tener mejores resultados, más calidad en los toros; “mantener lo mejor para ofrecerlo al público”, culminó.

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