Estado

Semáforo naranja no es tomado en serio

  • Los tlaxcaltecas continúan su vida normal, en los bancos, supermercados y tiendas departamentales se olvidó el distanciamiento social

El semáforo epidemiológico que desde el lunes prevalece en color naranja para el Estado de Tlaxcala, debido a que los casos positivos de coronavirus incrementaron, no es tomado en cuenta por las personas, y continúan su vida normal, como si nada pasara.

Los centros comerciales, tiendas departamentales, bancos y calles permanecen abarrotados desde muy temprano y hasta la noche, lo que sugiere que a los tlaxcaltecas no les ha quedado claro que pueden existir riesgos tan sólo con acudir a estos sitios, sobre todo cuando entre personas existe demasiada cercanía.

Con la llegada del color amarillo en el semáforo del coronavirus, en la entidad se relajaron las medidas preventivas, sobre todo el distanciamiento social, provocando que desde el mes pasado la movilidad de la ciudadanía volviera a incrementar.

Desde esta semana, las condiciones para Tlaxcala son similares a las que prevalecían durante los meses de mayor contagio, pero, sin embargo, la gente sigue saliendo a las calles, ahora no sólo realizan sus compras de artículos esenciales sin cuidados, sino que asisten al cine, a las plazas, a las tiendas y demás de forma normal.

Las fechas de Navidad y fin de año son otro factor que provoca que la gente salga de sus casas con mayor frecuencia, pues las compras de temporada y la apertura total de negocios propician que todos desacaten las recomendaciones de salud.

En las tiendas es visible que se rebasa el aforo permitido sin que nadie haga nada, y aunque dicen tener filtros sanitarios y aplican los protocolos correctamente, eso no garantiza que los riesgos sean menores para las personas.

Desde el fin de semana, los estacionamientos lucen abarrotados, y aunque los establecimientos redujeron sus horarios de atención eso ha sido motivo para que, en menos tiempo, un alto número de personas busquen llegar, comprar y retirarse.

Las restricciones resultaron contraproducentes, pues con la disminución de los horarios de atención de los negocios, sólo provocan que los consumidores se aglomeren.

Aunado a esto, en los centros comerciales y plazas ya no existe vigilancia y dejan entrar a todo mundo incluso sin la toma de temperatura correctamente pues algunos se niegan a que el termómetro les sea colocado en la frente como debiera ser.

A casi 10 meses de haber llegado el coronavirus a Tlaxcala y pese a las muertes de familiares y conocidos, personas aún se niegan a creer que la situación es real, y alarmante, generando riesgos incluso para quienes sí se cuidan.