Por moda, sube precio de pollo en Tlaxcala
El kilo de pierna y muslo cuesta 50 pesos, pero las «alitas», piezas con las que hacen negocios caseros, tienen un precio de 65 pesos por kilo
Porque actualmente es una moda consumir alitas de pollo, dueños de establecimientos donde ofertan estos productos subieron los costos de manera que afectan el bolsillo de los consumidores, provocando que, en esta temporada de crisis, se hagan inaccesibles para muchas familias.
Esto se debe, principalmente, a que, tras la pérdida de empleos o recesión de centros de trabajo, las personas decidieron establecer negocios caseros para fortalecer la economía familiar, y la venta de alitas y comida rápida, como tacos o hamburguesas, incrementó considerablemente durante los últimos cinco meses.
Mientras que el kilo de pierna y muslo oscila entre los 50 y los 55 pesos, el kilo de alitas sobrepasa, en algunos casos, los 65 pesos; anteriormente eran las piezas más económicas del pollo, debido a que se consideraban “retazo” o “huesos”.
Ahora, para los consumidores, es preferible comprar un kilo de “maciza” de pollo que las tradicionales piezas para acompañar el caldo; muchas familias de pocos recursos consideraban entre sus preferencias comprar alitas antes que pechuga, pierna o muslo por el precio; ahora es distinto.
Laura, madre de familia en la región sur, señaló que el alza al precio del pollo comenzó desde hace varios meses, aunque notó que luego de llegada la pandemia por el coronavirus los vendedores comenzaron a sacar provecho y elevaron, a su conveniencia, los precios de forma desbalanceada.
“Primero subió el precio del kilo de pechuga, luego se estabilizó y hasta comenzó a bajar, pero cuando nos dimos cuenta sucede que la pierna y el muslo ya eran los más económicos cuando eran de los precios más altos; ahora ya ni siquiera quieren vender el pollo entero, porque dicen que ya no les conviene”, expuso.
Carlos, vendedor de pollo, argumentó que “los precios están así porque con las alitas hacen negocio y tienen mucha demanda, entonces hay días en que destazan el pollo y se les vende todo, menos las piernas y los muslos, por eso esas piezas bajaron de precio”, aunque es posible que si los costos fueran balanceados vendería todo por igual.
“Tampoco nos conviene vender el pollo entero, porque entonces perdemos las ganancias de las alitas, es una estrategia que estamos implementando”, expuso, pero sin referirse a que la economía de las familias está desgastada y eso puede traer consecuencias.
Mientras tanto, los comerciantes de pollo continúan ofreciendo sus productos al costo que les parece mejor, sin que sean regulados y sin pensar que las familias serán las más afectadas.