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Piden sanación a Cristo, por pandemia

Igual que hace 102 años, el sur de Tlaxcala confía en la intervención divina para acabar con la enfermedad que azota a Tlaxcala; «que el coronavirus se acabe», es la súplica de los católicos

Con rezos y plegarias, habitantes de Xicohtzinco y otros municipios del sur solicitaron a la imagen de La Preciosa Sangre de Cristo que termine la pandemia y haya sanación en los hogares tlaxcaltecas.

Igual que pasó hace más de un siglo, los católicos y creyentes confían en que la representación física de Jesús crucificado que se aloja en el Santuario de La Preciosa Sangre de Cristo, intercederá para que el coronavirus, enfermedad que actualmente azota a Tlaxcala, deje de expandirse y causar muertes.

Aunque desde afuera del templo y con una cinta de acordonamiento de por medio, cientos de personas pidieron salud para todos, que haya paz en los hogares y que «el coronavirus desaparezca para que todos puedan seguir trabajando y llevar el sustento a sus viviendas».

En Xicohtzinco se celebró la fiesta en honor a La Preciosa Sangre de Cristo, una tradición que tiene ya 102 años y que se debe, principalmente, al milagro de sanación que se produjo en la región, atribuido al recorrido que la imagen de Jesús realizó, en 1918, por los pueblos que eran afectados por la gripe española.

Desde la noche del martes, el Cristo de unos cuatro metros de alto salió de su templo dentro de una urna especial y, remolcado por una camioneta, recorrió las calles de Santo Toribio, está vez la gente no lo acompañó, pero lo vio pasar por la calle pidiendo, con veladoras en las manos, que sane a los enfermos y salve a su pueblo del coronavirus.

El miércoles por la mañana, la imagen fue colocada en la entrada del Atrio de la iglesia para que los fieles pudieran visitarla sin aglomerarse; todos hicieron una fila para pasar frente a ella. Algunos hacían reverencias, otros entregaron peticiones escritas y otros rezaron, con toda su fe, por sus familias y seres queridos.

A las 13:00 horas «La Preciosa», como le conocen, fue llevada al interior del templo para celebrar una misa a puerta cerrada, posteriormente los católicos pidieron, nuevamente, pasar a visitar al Cristo.

La puerta del santuario se cerró a las 8 de la noche, con eso finalizó la celebración que, a diferencia de otros años cuando se hacía a lo grande, esta vez fue muy austera; la pandemia por el coronavirus no permitió que siquiera saliera a las calles acompañada de cientos de personas, como originalmente se acostumbra.

La historia cuenta que en 1918 una pandemia de gripe española e influenza azotaba el sur de la entidad, algunos pueblos fueron muy afectados y su población se redujo considerablemente a causa de este mal; cuando ya no había nada que hacer y las esperanzas se habían agotado decidieron sacar del templo a la imagen de Jesús para recorrer los pueblos en donde el desastre era mayor.

Así recorrió Xicohtzinco, San Juan Huactzinco, San Lorenzo Axocomanitla, Zacualpan, Zacatelco y otros más; la salud vino entonces atribuyendo propiedades milagrosas al recorrido.

En enero de 1984, el papa Juan Pablo II, al saber lo que había acontecido al inicio del siglo 20, decidió nombrar al templo de Santo Toribio Xicohtzinco como el “Santuario de la Preciosa Sangre de Cristo” y desde entonces la fiesta tuvo mayor relevancia.

Hace dos años, en 2018, para conmemorar el centenario del milagro de sanación la Preciosa Sangre de Cristo recorrió los pueblos a los que ayudó originalmente, día a día anduvo peregrinando, le hicieron celebraciones eucarísticas y miles de personas pudieron acercarse para pedir milagros.

En este 2020 una nueva pandemia azota la entidad, la solicitud de todos los habitantes del sur es que la Preciosa Sangre nuevamente sea quien la salve de la muerte y que el SarsCov-2 desaparezca.