Estado

Peligroso el transporte público que utiliza gas

  • Casi el 100% de las unidades han modificado sus sistemas de combustible, pero resulta peligroso para los usuarios, las fugas han causado explosiones por lo que se requiere regular

En Tlaxcala, las unidades del transporte público que utilizan gas LP como combustible, en lugar de diésel o gasolina, no están reguladas, a pesar de que representan un peligro latente tanto para los usuarios como para los propios conductores que, en ocasiones, las llevan a sus domicilios.

Actualmente, casi el 100 por ciento (%) de estos vehículos han sido modificados en sus sistemas de carburación para beneficiar económicamente a los concesionarios y choferes, pues aparentemente el gas es más barato y con esto llenan un tanque con menos dinero.

Aunque esto representa una gran responsabilidad de la que ni las autoridades del transporte ni las de prevención de riesgos o protección civil se han encargado, situación que ha ocasionado accidentes como el del pasado 10 de abril, que dejó como saldo cuatro personas gravemente lesionadas.

Y es que, los concesionarios tampoco han tenido la responsabilidad de mantener en óptimas condiciones sus camionetas, pues en ocasiones es notorio el olor a gas cuando se aborda una unidad del transporte público de cualquier ruta a lo largo y ancho del Estado.

Además, los lugares donde colocan los tanques que llevan el combustible no son los idóneos, pues estos se encuentran ocultos dentro de la cajuela bajo uno de los asientos traseros con el riesgo de que en cualquier momento pueda ocurrir algo.

Sumado a esto, en ocasiones los conductores fuman mientras trabajan, lo que aumenta aún más el peligro de que una leve fuga desencadene una desgracia y afecte a terceros.

La falta de mantenimiento es otro factor, ya que también se ha visto que los sistemas eléctricos de las “combis” suelen presentar fallas que no son reparadas al momento, con el argumento de que llevarlas al taller representa pérdidas económicas.

De esto, los principales responsables son los concesionarios, pues a veces multan a los choferes si se detienen y les piden cuotas exageradas por cada día de trabajo, lo que los obliga a laborar en condiciones de riesgo a cambio de llevar el sustento a sus familias.

Tras lo ocurrido el 10 de abril, donde una camioneta explotó dentro de un taller de hojalatería por presentar una posible fuga de gas y un corto circuito, los usuarios esperan que se toman cartas en el asunto y exista una supervisión al transporte público, mientras tanto, nada se ha hecho y camionetas modificadas circulan sin ninguna medida preventiva.