OpiniónPORTADA

Pedir respeto y provocar violencia, ¡así no se construye la paz social!

El contradictorio método se extiende como pandemia en todo el mundo, lamentablemente la justa causa de las mujeres es utilizada por grupos políticos y mezquinos que buscan crear un falso clima de represión de las autoridades.

Por: Penélope García Lozano

Porque tienen todos los tlaxcaltecas que soportar que su patrimonio cultural y arquitectónico sea deteriorado año con año el 8 de Marzo, con motivo del “Día de la Mujer”, si bien es cierto este género es víctima de la desigualdad y violencia de una sociedad machista, gradualmente esta condiciones cambian y aunque falta mucho para lograr una plena equidad y justicia en todos los rubros, por qué recurrir a la violencia si está no se extingue con más violencia.

Cada 8 de Marzo las autoridades del partido político que sea tienen que preparar una serie de medidas para contener el vandalismo que provocan un reducido grupo de interesados en crear condiciones para llamarse agredidos y reprimidos, esto es deplorable porque si se dialoga con ellos, se cae en la extorsión vulgar de pandillas con sed de enriquecimiento fácil y lucro político.

Si no se logra saciar la voracidad de estos grupos políticos entonces los que pagamos las consecuencias somos los tlaxcaltecas, y la imagen de las autoridades se ensucia con calificativos de ineptos o indolentes, de represores o antifeministas.

La mayoría de ciudadanos ya conoce este cuento, y por lo mismo es ridículo que los provocadores continúen con su mismo sistema de generar caos y ensuciar a todos, porque las propias mujeres son exhibidas como violentas.

Somos conscientes que la mayoría de mujeres han sufrido en carne propia algún tipo de atropello a sus derechos y dignidad, por lo que con justa razón gritan consignas de justicia y respeto, también conocemos de sus capacidades, por lo que pedimos que exploren nuevas formas de lucha, que nunca bajen los brazos para que la esperanza de un mundo equitativo se mantenga viva.

Fue profundamente satisfactorio comprobar que el 8 de Marzo ganaron las mujeres, celebramos su valentía y entusiasmo, pero el vandalismo apareció en grupos de hombres infiltrados y encapuchados que generaron violencia y agredieron a Tlaxcala, a su patrimonio cultural, arquitectónico y la legitimidad de la lucha reivindicatoria de sus mujeres.

¿A qué grupos de individuos les puede interesar victimizarse buscando la represión y que alguna de las manifestantes fuera agredida o lastimada?. Es obvio que hay intereses políticos que buscan desprestigiar a las autoridades, afortunadamente estas no cayeron en la burda provocación. 

Reflexionemos que en tiempo electoral todo se vale y con esta sucia consigna, con vileza y cobardía oculta en una capucha se busca ensuciar gobiernos, por esto es importante que ellas exploren nuevas formas de expresión y defensa de su dignidad.

En este mundo todo evoluciona y por consiguiente es de esperarse que en el futuro cercano, las marchas no se ensucien con vandalismo y que quienes se afanan con destruir no lograrán sus propósitos, porque Tlaxcala es su gente trabajadora y con principios, son sus instituciones y sobre todo son sus mujeres que han demostrado que en su lucha de igualdad, no habrá ni un paso atrás.