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Párroco de Ixtenco cierra escuela, pobladores piden su destitución

  • El sacerdote decidió terminar con las actividades de una primaria porque ya no representa «ganancias» para él, a pesar de haber funcionado por más de 60 años

Pobladores del municipio de Ixtenco piden la destitución del párroco del lugar, Pablo Cuatecontzi, luego de que decidiera cerrar una escuela primaria que llevaba más de 60 años funcionando con el argumento de que la institución ya no es rentable para él.

Señalando que el sacerdote se ha tomado atribuciones que no les corresponden, como solicitar a la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE) la cancelación de la clave del centro de trabajo, los pobladores acordaron solicitar a la Diócesis de Tlaxcala que intervenga y lo sustituyan.

En una reunión efectuada el domingo en la cabecera municipal, padres de familia se mostraron a favor de que la escuela primaria “Miguel Hidalgo” se mantenga en operación, a pesar de que el párroco dice tener la representación legal y poder de decisión sobre la institución, por encontrarse dentro de un predio administrado por la iglesia.

Señalaron que el mismo sacerdote ha manifestado que no le interesa la educación si no le representa ingresos económicos; “ha llegado con golpeadores y ha saqueado el mobiliario de la escuela”, denunciaron.

Expusieron que debido a esta situación, el sacerdote que llegó desde hace seis años a la parroquia de San Juan, se ha dedicado a denostar, insultar e incluso a amenazar durante las misas a las personas que no comulgan con su ideología.

El llamado fue extendido al Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, pidiendo su intervención y que Pablo Cuatecontzi sea reemplazado cuanto antes, ya que ha sido el único sacerdote que se ha querido apropiar de la escuela y tomar decisiones en contra de la educación de los niños del pueblo otomí.

Recordaron que el párroco ha sido señalado en varias ocasiones por generar polémica con sus acciones, pues en junio de 2020 desafió las disposiciones sanitarias al oficiar una misa cuando las restricciones sanitarias lo impedían, a pesar de que la diócesis de Tlaxcala también se manifestó a favor de cuidar a los feligreses, sin que tuviera una sanción.