¡Niños a la de Dios!
ÉRASE UNA VEZ… // Por: Penélope García Lozano
Sin reglas claras para el regreso a clases presenciales, ni cuales son las garantías para niños y jóvenes ante una tercera ola de covid que además de creciente, viene con su variante Delta, más mortífera para jóvenes y niños, las generaciones del futuro de México tienen un escenario amenazante en extremo.
La pandemia exhibió el sistema educativo; deficiencias en el nivel educativo, infraestructura, en usos y costumbres viciados como el mal manejo de cuotas escolares y falta de transparencia -más ahora con el regreso-, distinciones en escuelas urbanas y las rurales, atraso tecnológico; la falta de una educación más humanista y con valores.
Cierto que quedó a consideración de los padres si llevan o no a sus hijos al colegio, pero tampoco hay muchos incentivos cuando las autoridades no están ofreciendo garantías ni responsabilidad si él educando presenta contagio.
Los lados que no podemos soslayar que motivan la decisión del gobierno federal de reponer la modalidad presencial son la reactivación económica que gira en torno a a las escuelas; el sacar a los niños de un encierro con consecuencias negativas en lo físico, emocional y mental; así como que existían muchas familias que no contaban con computadora, internet o televisor para sintonizar alguna modalidad a distancia o si contaban con algún dispositivo, no es suficiente cuando había más de un hijo en nivel escolar distinto, consecuentemente, recrudeció el rezago educativo, en términos generales.
Para ningún actor de este embrollo es fácil juzgar su posición y actuar. Las autoridades, los maestros, padres de familia y educandos, forzados por la situación, habrán de caer en consciencia que el sistema educativo avanza sólo si todos jalan parejo y se asumen corresponsables.
La tragedia del sistema educativo que se arrastraba, cuenta con la mala noticia que el covid no cede y además ahora se ensaña con los menores de edad. ¡Malos tiempos en épocas de tragedia!