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Niñas, niños y adolescentes ven en educación la solución a males sociales de Tlaxcala

  • Apuestan porque existan métodos en las escuelas para cambiar el rumbo de las futuras generaciones, desde el machismo hasta las adicciones se pueden combatir con acciones correctas

En Tlaxcala, las niñas, niños y adolescentes ven en la educación una herramienta fundamental para encontrar la solución a los males sociales que actualmente aquejan a la entidad, y ven que solo con la suma de esfuerzos entre instituciones y la población, el objetivo se podrá lograr.

La mayoría de ellos apuesta porque existan o sean creados métodos en las escuelas de todos los niveles para cambiar el rumbo de las futuras generaciones, externando que, con una base y sobre un camino adecuados, desde las actitudes de machismo que se generan en los hogares hasta problemas como la delincuencia y las adicciones que se viven en las calles, pueden ser combatidos.

Ayer, durante el proceso de elección de los Impulsores Estatales de la Transformación de los derechos de la niñez, los participantes, originarios de los 60 municipios de Tlaxcala, expresaron ideas y proyectos para el mejor futuro de su generación.

Ahí, algunos expusieron soluciones a problemas cotidianos, otros más complejos y otros que se han heredado a través del tiempo, sin embargo, todos coincidieron en que la base para un mejor mañana radica en la educación que reciben y en los valores que se fomenten en casa, aclarando que una parte corresponde a las familias y otra a las autoridades.

Además, externaron que para apoyar integralmente los problemas y fomentar el respeto a sus derechos como personas, también es necesario atender problemas como la salud mental que se derivan de la pandemia por el coronavirus.

Paulina, originaria de Tetlatlahuca, expuso que las niñas, niños y adolescentes deben gozar de una vida plena, sin violencia, y propuso educar y concientizar a los padres de familia para que sean más empáticos y aprendan a escuchar a sus hijos en temas como el uso de las redes sociales y el sentir de los menores ante la sociedad.

Recalcó que las autoridades deben garantizar la protección de todos desde las comunidades; “necesitamos que nuestras autoridades vayan a nuestras casas y sepan todas las complicaciones que vivimos”, expresó.

Gilberto, de Ayometla, propuso la educación enfocada a la libertad de expresión desde la familia, con la creación de un organismo en donde se den pláticas y se organicen campañas de concientización dirigidas a padres e hijos, y en donde exista la difusión de los buenos valores, el respeto mutuo y buenos hábitos para proyectar una vida libre de violencia.

Como ellos, otras niñas, niños y adolescentes se unieron coincidiendo en varios puntos, pero siempre con la educación y la concientización como eje principal.