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Inicio de clases con desigualdades

  • Algunas escuelas contaron con protocolos adecuados y coordinación con padres de familia, pero al mismo tiempo hubo escuelas cerradas por falta de condiciones sanitarias, protocolos que no se cumplieron. La generalidad fue los padres de familia temerosos de la salud de sus hijos; así fue como inició el curso escolar en Tlaxcala

El regreso a clases presenciales, luego de 18 meses de ausencia en las aulas, no fue lo que padres de familia y alumnos esperaban, tampoco fue el que las autoridades escolares de gobierno que se despide hoy prometieron, por lo que quedó demostrado que falta por hacer, y en la marcha se enmendarán los errores.

Escuelas públicas cerradas por decisión de los tutores al no haber condiciones sanitarias adecuadas, protocolos que no se cumplieron, como el de mantener una sana distancia y no aglomerarse en las entradas y padres de familia temerosos de dejar a sus hijos en un lugar que notoriamente no era el adecuado para mantener su salud por mucho tiempo, fueron algunos de los contratiempos que, de inicio y a simple vista, se presentaron.

Ayer desde la mañana, al menos la mitad de los estudiantes tlaxcaltecas regresaron a las aulas, la otra mitad prefirió, por decisión propia o de sus padres, quedarse en casa y ser parte del modelo educativo a distancia que, si bien no ofrece la misma calidad educativa que se da presencialmente, al menos no es un factor de riesgo de contagios de coronavirus.

Sin embargo, quienes asistieron a las instituciones educativas enfrentaron varios problemas, entre ellos que los profesores y directivos no estaban listos para iniciar, comenzando por los protocolos de salud y mucho menos para un modelo que exige mantener a los estudiantes en un ambiente sano.

Aunque por fuera se reportaron aglomeraciones, retrasos en la entrada ante el paso por el arco sanitizante y la verificación de que los alumnos cumplieran con lo mínimo para ingresar de manera segura, el verdadero problema estuvo adentro, en las aulas, en los pasillos y hasta en los sanitarios.

Escuelas sin la limpieza adecuada, pasillos estrechos que no se desinfectaron entre el cambio de turno, sillas y mesas que se utilizaron sin limpiarse, además del intercambio de conversaciones luego de varios meses de no verse, fueron algunos aspectos que no se contemplaron y que debieron ser importantes.

Algunas escuelas fueron las que si se fijaron en estos detalles, la mayoría solo se concentró en mostrar, superficialmente, lo que todos querían ver: que los estudiantes entraran con cubrebocas, que les dieran gel antibacterial, que les tomaran la temperatura y que guardaran la sana distancia al ingresar, aunque ya después nada funcionó como se tenía planeado o, por lo menos, como tenían pensado que funcionaría.

Solo una escuela, en Zacatelco, solicitó a sus alumnos hacerse una prueba de coronavirus para permitir la entrada d ellos estudiantes, las demás solo saben que al momento de entrar el niño no llevaba fiebre, traía cubrebocas y se limpió las manos, no más.

Las escuelas, al menos en el inicio de clases, mostraron desigualdad de condiciones, no fueron tan seguras, hubo desorganización, hubo errores y pasaron por alto algunas recomendaciones del sector salud y los padres de familia también fueron responsables porque, el ver a sus hijos regresar a clases, provocó que los enviaran a donde nadie sabía como iba a ser, y la realidad fue distinta.