Falta de turismo pega a familias en El Milagro
Quienes se dedican a vender alimentos, dulces típicos y artesanías en el Santuario de San Miguel enfrentan crisis económica
La falta de la llegada de turistas y fieles católicos que durante los meses de abril y mayo registra comúnmente el Santuario de San Miguel del Milagro, en Nativitas, ha causado estragos en las familias que desde hace varios años han encontrado en ese lugar su principal fuente de ingresos.
Quienes se dedican a vender alimentos, dulces típicos, artesanías y recuerdos de aquel lugar, se han quedado sin empleo y hasta hora no ven para cuando puedan volver a salir a las calles o a la explanada del templo católico para instalarse y seguir comercializando sus productos.
Desde hace más de un mes, cuando el número de visitantes se redujo, los vendedores ambulantes y quienes se instalan a diario a un costado de la iglesia han visto severamente afectada su economía; no existe un plan emergente que les asegure que la falta de ventas no repercutirá en su hogar.
Quienes se dedican a la elaboración y venta de productos de amaranto también han visto pérdidas; se trata de personas que salían a otros municipios e incluso a otros estados para ofrecer los productos que elaboran de manera artesanal en la comunidad.
Los que se dedican a elaborar piezas de barro y que venden cerca de la entrada a la zona arqueológica de Cacaxtla tampoco han tenido buenas noticias, con el cierre temporal de estos espacios y con la nula llegada de visitantes desde hace varias semanas no venden un solo artículo.
«Parece que estamos viviendo la peor de las situaciones, no tenemos ventas y tampoco tenemos apoyo de los gobiernos, nada ni nadie nos asegura un futuro, si no vendemos no tenemos dinero ni siquiera para comer, pero si salimos a las calles será a perder el tiempo, porque ahí tampoco tendremos ventas», expuso Manuel, artesano de la región.
«El Santuario de San Miguel está cerrado, ni siquiera para irse a instalar, no tiene caso, y no hay para cuando ya podamos regresar, esto va cada vez peor, pero sabemos que también cada vez falta menos, Dios aprieta pero no ahorca», expresó con una mirada de esperanza y con el ánimo de que la pandemia pronto pasará y podrá salir junto con sus hijos a vender en la explanada de San Miguel.
Por ahora, el ayuntamiento de Nativitas les ha dotado de despensas, pero las decenas de familias que dependen del comercio para salir adelante esperan que todo mejore y que para agosto y septiembre, temporada alta en El Milagro, las cosas ya hayan vuelto a la normalidad.