Municipios

Escolta de exalcalde se niega a dejar el puesto en Calpulalpan

  • Demandará al ayuntamiento si no le permiten seguir cobrando del erario, pero no está capacitado y además fue señalado por un expresidente de comunidad por haberlo golpeado

Quien fuera escolta personal del anterior presidente municipal de Calpulalpan, Neptalí Gutiérrez Juárez, se niega a dejar el puesto que en su momento le fue otorgado, y amenazó con interponer recursos legales contra el actual ayuntamiento en caso de que el alcalde, Edgar Peña Nájera, decida prescindir de sus servicios.

El hombre, que también se desempeñaba como subdirector de seguridad pública, dijo que demandará a la administración municipal si lo despiden pues, sin ningún mérito propio, pretende seguir viviendo del erario por lo menos durante los próximos tres años.

Y es que al parecer el nuevo alcalde lo dará de baja porque no cumple con los requisitos para quedarse dentro de la corporación de seguridad municipal, pues no tiene acreditados los exámenes de control y confianza, pues el puesto le fue regalado por Neptalí Gutiérrez a cambio de que le sirviera como guardaespaldas.

El hombre, que identificaron como Arturo, en su momento también fue señalado por el expresidente de la comunidad de San Marcos Guaquilpan por haberlo agredido a golpes por órdenes del presidente municipal.

Hasta esta redacción llegó una queja anónima que refiere que el exsubdirector de seguridad pública será reemplazado, haciendo saber que Arturo, quien fungió como guardaespaldas de Gutiérrez Juárez, quiere seguir ganando lo mismo y ostentar el mismo cargo, es decir, quiere seguir siendo el subdirector de seguridad en el gobierno de Edgar Peña.

Sin embargo, desde el gobierno del estado existe la consigna de que elementos de la policía municipal que no estén capacitados y que no cumplen con los requisitos mínimos para pertenecer a las corporaciones en los municipios tendrán que ser dados de baja.

Lo mismo aplica para todos aquellos que obtuvieron un puesto o que fueron contratados para pagar favores políticos o por amiguismo, y que en realidad no tienen vocación de servicio o el interés por capacitarse y ser un buen policía.