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El servicio a la nación se pone los guantes

La figura de los servidores de la nación son una mina de oro, políticamente es una posición estratégica.

Bienestar y la transformación que se pretende en Tlaxcala, las han tomado rehén de la politiquería morenista en el contexto de las ansiadas candidaturas, empezando por la de la gubernatura.

Lo servidores de la nación han sido sujetos centrales en esta rebatinga. Y hoy en día mediaticamente también se les busca dar reflector para continuar la grilla morenista.

La figura de los servidores de la nación -SN- son una mina de oro, por lo económico no desde luego, pues están limitadas las prestaciones y son bajos los salarios. 

Pero políticamente es una posición estratégica. Hoy, quienes han dado rápida y amable atención a los habitantes de su localidad son reconocidos y bien aceptados, pues son quienes canalizan a la gente los programas sociales; abundantes y torales en la 4t, por cierto. Tienen algunos, por tanto, potencial para ser candidatos -no necesariamente municipales- o al menos para ser buenos operadores electorales.

Lo políticamente relevante de esta figura ha provocado el interés por el control e influencia de y sobre estos, desde que comienzan a hacer los Censos del Bienestar a finales del 2018. Hay que puntualizar que prácticamente la mitad de los cerca de 150 servidores de la nación en el estado los propuso el partido -en su mayoría coordinadores territoriales en campaña- y la otra mitad la delegada Lorena Cuellar Cisneros.

Desde el principio ha habido malas prácticas de quienes no comprendieron la responsabilidad que ocupa el cargo de SN. La más recurrente muestra de falta de compromiso y honestidad ha sido precisamente que desde el 2018, en los censos se le solicitaba dinero a la gente para registrarla en la plataforma de los programas.

Pero también hubo muchos que solicitaban documentos personales a los censados -acto prohibido por Bienestar-, para ir construyendo una base de datos de quienes miraban como clientelas políticas

Las víctimas caían presas de sus ansias y necesidad, pero al enterarse que el tramite debía ser gratuito acudían algunos a quejarse en Bienestar o con la delegada. Hubo algunas veces no solo el testimonio, también pruebas de las faltas, incluso videos de quienes fueron increpados por solicitar dinero, por parte de aquellos ciudadanos que no se dejaron sorprender.

El proceder siempre fue el mismo: cero tolerancia a la corrupción, así se tratará de hasta de una propia propuesta.  Claro, se procuraba de no hacer escándalo, para así cuidar la imagen del nuevo gobierno.

Algunos de esos servidores de la nación fueron de parte del partido e incluso simpatizantes de la dirigencia de ese momento, que sabemos ha rivalizado con la actual titular de Bienestar Tlaxcala, y no se les expuso, por no afectar al gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador.

Hoy esa postura de prudencia en Bienestar resulta vulnerable al golpeteo político y mediático que ahora enfilan los ansiosos por la gubernatura. Seguramente tendrá que ajustarse la atención a estos casos de deshonestidad; cómo tener listas las pruebas que justifiquen cualquier baja por actos de corrupción. 

Esto, además, serviría para dar muestra que auténticamente el actual gobierno federal vino a desterrar el mal, que para el actual Presidente de la República, es el mayor de todos.