Del berrinche al abandono
Érase una vez… // Opinión
POR: PENÉLOPE GARCÍA LOZANO
Después de que la senadora Ana Lilia Rivera armara tremendo berrinche y aspa vientos por la designación de Lorena Cuéllar como coordinadora estatal para la defensa de la Cuarta Transformación y precandidata por la coalición “Juntos Haremos Historia en Tlaxcala” y a pesar de que en múltiples ocasiones tanto Mario Delgado, el dirigente nacional de Morena, como la senadora Martha Guerrero delegada de Morena en Tlaxcala y la misma Lorena Cuéllar la han invitado a unirse y ser parte de la 4t de Tlaxcala, ella ha rechazado cualquier conciliación y espacio para su gente; desde el día que supo que ella no sería la designada por el CEN de Morena decidió seguir yendo contra corriente y llevar al despeñadero al grupúsculo que aún la sigue y confía ilusamente que defender una ideología sin estar en una posición de poder y ser anti sistémico hasta en tu propio partido puedes lograr una transformación real.
El tiempo se acabó e incluso su carrera política ya tiene fecha de caducidad, después del senado Ana Lilia ya no tendrá cabida en Morena y mucho menos en otros partidos pues sería contrario a su ideología y a lo que férreamente defiende de forma absurda e incongruente al nivel de ir hasta en contra de su propio partido y de cuestionar así como de criticar el proyecto de AMLO.
Ana Lilia desde que llegó al senado ilusamente con cada una de sus acciones, manifestaciones, posicionamientos y berrinches ha servido voluntaria o involuntariamente a los intereses oscuros de poderes contrarios a la 4T y después de que ya les hizo el trabajo sucio al simular una división dentro del partido que supuestamente se refleja en la perdida de preferencia electoral así como arrancar campañas en igualdad de condiciones, de simular imposiciones dentro de Morena y de ser anti sistemática al no respetar la reglas de Morena, esos mismos que la usaron y a los que sirvió serán quienes la desechen.
La misma suerte de Ana Lilia, tienen y tendrán los militantes morenistas que decidan seguir con Ana Lilia, pues los uso y ahora serán desechados ya que su propia líder no ha querido negociar espacios para ellos, simplemente los ha abandonado ya nos los respalda, desde su último berrinche en la Plaza Juárez, en la capital, no se le ha vuelto a ver en Tlaxcala y ni en reuniones con su gente.
Sin importar si son o no morenistas fundadores, simpatizantes de tal o cual grupo; lo que hoy requiere Morena son personas activas que sumen y formen parte del proyecto de transformación de Andrés Manuel Lopez Obrador, para que ese proyecto llegue al poder en Tlaxcala, pues la ideología que tanto defienden no sirve de nada sin el poder, si no estas en la posición donde se pueden ejecutar los cambios.
Dentro de los morenistas afines a Ana Lilia, ya empezó la desbandada pero aún hay quien confía en ella a pesar de que desde el principio sus intenciones por ser la candidata al gobierno por Morena no eran legítimas pues nunca pidió licencia en el Senado, requisito que él mismo AMLO les solicitó a todos los funcionarios y representantes públicos que quisieran competir por algún cargo público; sólo quería alborotar al gallinero y a su grupúsculo con falsas promesas.
Esa misma estrategia mediática de querer sorprender a ilusos y servir intereses contrarios a la 4T siguió la aspirante y ahora también desaparecida Dulce Silva que abandonó y dejó a la deriva a los pocos militantes o simpatizantes que le creyeron y fueron usados; con la diferencia que ese grupo de gente y la mayoría del equipo del difunto Joel Molina ya se sumaron al equipo Lorena Cuéllar y de la coalición “Juntos Haremos Historia en Tlaxcala”.
A pesar de que todos estos aspa vientos tanto de Ana Lilia como de Dulce Silva no representaron ningún daño o grandes cambios en las preferencias electorales pues según la encuesta de opinión pública marketing e imagen de Heraldo Media Group, difundida este viernes 22 de enero, Morena y su coalición siguen a la cabeza con el 49.1% mientras que la coalición “Unidos por Tlaxcala” cuenta con el 20.6% de preferencia.
Ante este escenario, los simpatizantes que aún están con Ana Lilia deberían definir si quieren o no el mismo destino que su líder, así como si quieren defender y ser parte o no de la 4T desde la posición de cambio y no la posición del berrinche.