OpiniónPORTADA

CHIAUTEMPAN: EL INCUMPLIMIENTO DEL DEBER POLÍTICO Y ADMINISTRATIVO DE UN ALCALDE INCAPAZ

Pr José Luis Ramírez Romero

El pasado fin de semana, Morena llevó a cabo el “Encuentro Municipalista de la Cuarta Transformación” en la Ciudad de México.

En esta asamblea, los liderazgos de partido cerraron filas en torno al proyecto de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ahí, la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, aseguró que, con la Cuarta Transformación, se viven los mejores tiempos para ejercer gobiernos municipales, porque “el ejemplo de honestidad y eficacia del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en la brújula para los gobiernos morenistas en todos los niveles de gobierno”.

“La 4T está cambiando la forma de hacer política. El proyecto de Transformación nacional va en marcha, en acción de gobierno, pero también en la construcción de una nueva patria, rompiéndose poco a poco los peores vicios del viejo régimen”, señaló en presencia de dirigentes partidistas, gobernadoras y gobernadores, funcionarios federales y candidatos a las gubernaturas que se renovarán este 2022.

El componente ideológico de estas expresiones resulta relevante en Tlaxcala, donde algunos cuadros morenistas no han entendido el momento histórico presente, ni las dimensiones del desafío que enfrenta la llamada Cuarta Transformación.

Un ejemplo claro es el del presidente municipal de Chiautempan, Gustavo Jiménez Romero, quien, de manera ingenua, o incluso cínica, admite que su hijo mayor lo “apoya” a gobernar la tercera ciudad más poblada del estado, cuya importancia económica, social y política es indiscutible.

El razonamiento del edil es que la unión familiar es importante para él, y por eso se deja ayudar por su hijo Juan Carlos Jiménez, a quien se señala de tener oficina en la Tesorería Municipal, donde, además de atender a los ciudadanos, tendría injerencia en los proveedores de la comuna y la distribución de apoyos a las comunidades.

Según Jiménez Romero, su hijo no decide en su gobierno y todo es transparente. No obstante, la reciente adjudicación directa para la compra de los nuevos parquímetros se hizo en condiciones de tal opacidad que cabe la sospecha de la intervención de personas ajenas al ayuntamiento.

Por supuesto, una cosa es que el alcalde permita que su hija Mónica Jiménez tenga la Presidencia Honorífica del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (SMDIF), y otra muy distinta que funciones sustantivas de gobierno se trasladen a un hijo por mera afinidad familiar.

Esta situación ilustra las complejas consecuencias políticas y sociales de otorgar candidaturas a personas con escasa preparación para un puesto de elección popular.

El cargo de presidente municipal es el más importante dentro del ayuntamiento, porque es el responsable de la administración pública municipal y el represente político de la comuna. Sus facultades lo colocan en una posición de preeminencia en la vida política de la municipalidad, precisamente, porque es la autoridad más cercana a la ciudadanía, el funcionario en quien recae la responsabilidad inmediata de responder a las demandas de la gente.

Es por eso que la adecuada prestación de los servicios públicos en este ámbito de gobierno debería implica la necesidad de exigir el cumplimiento de requisitos que garanticen el cumplimiento mínimo de tal expectativa, como título académico, o al menos experiencia política o administrativa previa.  

Sin embargo, esto no es así, porque la ley permite que cualquier ciudadano pueda aspirar a esta posición. Y lamentablemente, la realidad demuestra que la tarea de administrar y dirigir los destinos de un ayuntamiento es una apuesta que suele ganar la improvisación de las autoridades elegidas.

En el caso de Chiautempan, la situación es doblemente grave, porque a la inexperiencia del alcalde se suma su falta de compromiso moral con los principios ideológicos del Movimiento de Regeneración Nacional, que ha criticado el nepotismo y otras prácticas que implican la injerencia de familiares y amigos en el ejercicio del poder.

Como lo ha dicho López Obrador: México no es una monarquía donde se heredan los cargos, sino una república donde el pueblo puede elegir libremente a quienes son sus representantes. Y en el Municipio de Santa Ana eligieron a Gustavo Jiménez, no a la familia Jiménez, de modo que, si el alcalde ha entendido que el puesto le quedó grande, lo más aconsejable es que busque los servicios de profesionales para dar resultados a los chiautempenses.

En este momento, todos los liderazgos de Morena están llamados a cuidar lo que se ha construido junto al pueblo de México con la lucha histórica del Obradorismo. ¿Cómo alguien como Gustavo Jiménez puede proteger la “revolución pacífica, legal y democrática” por la que votó la mayoría en 2018, cuando no asume a cabalidad su deber político y administrativo a favor de los ciudadanos de su municipio?