OpiniónPORTADA

BANCADA DE MORENA, EN ZONA DE CONFORT

Por José Luis Ramírez Romero

En el Congreso del Estado, la bancada de Morena ha caído en una zona de confort. Su espíritu combativo se ha perdido.

Sus integrantes, que llegaron a una curul como resultado de la confianza del pueblo en la transformación propalada por el Movimiento de Regeneración Nacional, parecen haber dejado de lado el proyecto de cambio que impulsan el presidente Andrés Manuel López Obrador y la gobernadora Lorena Cuéllar.

El debate en torno a la federalización de los servicios de salud en Tlaxcala, que tuvo lugar durante la sesión del pasado martes, lo evidenció.

El pasado 4 de febrero, los titulares del Poder Ejecutivo a nivel federal y estatal firmaron en la entidad el convenio marco para la implementación del modelo de atención Integral a la salud, a través del programa IMSS-Bienestar. Ese día se anunció que Tlaxcala sería punta de lanza en la operación de un esquema con el que se pretende extender a todo el país servicios de salud y medicamentos gratuitos para la población no protegida por los sistemas de seguridad social.

De ese entonces a la fecha, resulta increíble que los legisladores de Morena no se hayan allegado de información suficiente para conocer el proyecto y estar en condiciones de defenderlo, no únicamente porque se trata del proyecto de autoridades de dos niveles de partido que comparten su misma filiación política, sino porque se trata de un cambio relevante en una política de Estado que tendrá efectos en la población.

Rubén Terán, como jefe de la bancada guinda, intentó salir al paso de los cuestionamientos de Blanca Águila, líder de la fracción priista, quien, como representante de los trabajadores sindicalizados del sector salud, puso sobre la mesa de discusión los vacíos informativos en torno al desarrollo del proceso de centralización de los servicios de salud. Pero la falta de conocimiento sobre el proyecto del presidente López Obrador impidió su defensa contundente en la arena del debate político.

La posición de Blanca Águila ganó fuerza, no porque necesariamente tuviera razón, sino porque sumó la voz del panista José Gilberto Temoltzin; del líder de la fracción perredista, Juan Manuel Cambrón, y de la representante del PAC, Alejandra Ramírez, quienes, con discursos articulados desde la lógica de la oposición, pusieron contra las cuerdas a la bancada mayoritaria en el Congreso local.

Resultó insuficiente que Bladimir Zainos, de Nueva Alianza, diera la cara por el trabajo de la gobernadora en materia de salud, porque los integrantes de la bancada morenista no salieron siquiera a secundar a su líder. Simplemente, guardaron silencio. Ni la Presidenta de la Comisión de Salud, que es morenista, se atrevió a subir a tribuna, a pesar que la semana anterior lo hizo para manifestar su respaldo a dicha medida.

Por eso, cabe preguntar que, si en un tema de trascendencia para la 4T, quienes se asumen como sus promotores naturales no pueden responder a las críticas de la oposición, ¿cómo le sirven a Morena y a su proyecto?, ¿cómo le ayudan al Presidente y a la Gobernadora? Parecen olvidar que es en escenarios de adversidad política donde realmente pueden demostrar su valía.

Valdría la pena que, en el grupo parlamentario de Morena, pudieran hacer un serio ejercicio de autocrítica para reconocer qué tan comprometidos están con las personas que encabezan el gobierno a nivel federal y estatal, y con el proyecto que éstas llevan a cabo. Sólo el convencimiento en su viabilidad puede moverlos a defender sus principios. No pueden conformarse con usufructuar los beneficios políticos de llevar en el pecho los colores del partido que, en este momento, goza de mayor aceptación ciudadana, si no están dispuestos a pagar el precio de fortalecerlo con un sentido de alto valor.

Lo sucedido el pasado 29 de marzo da sentido a expresiones como “más vale maña que fuerza”, o “mejor calidad que cantidad”. En la lucha de intereses que siempre estarán en juego en el Congreso local, lo mejor que puede dar sentido a la fuerza de una bancada es su inteligencia y su congruencia. Conviene preguntar si el grupo de Morena las tiene.

A PROPÓSITO DE LA FEDERALIZACIÓN

Como dirigente de la Sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), Blanca Águila, sostiene que, al igual que en Tlaxcala, en Nayarit, otro estado gobernado por Morena, hay una oposición abierta a la federalización de los servicios de salud.

Según la también diputada, el tema no es político, sino una legítima defensa de los derechos de los trabajadores.

Si es así, ¿cómo explica que, en Nayarit, las autoridades y los trabajadores haya logrado la firma de una minuta de siete puntos que compromete, de entrada, el respeto a sus conquistas, y la apertura al sindicato para que conozca los avances de la implementación del IMSS-Bienestar?

Allá, sus compañeros de gremio no impidieron el desarrollo del programa. Entonces, ¿por qué aquí se “acordó” con las autoridades no iniciar el 1 de abril con la implementación, a pesar de que las autoridades estatales y federales ofrecen respetar los derechos laborales de los trabajadores?

Sería interesante que la lideresa revisara el perfil de Facebook de Domingo Ortuño Maldonado, Vicepresidente del SNTSA, quien este miércoles compartió como “información importante” la primera plana del rotativo “Nayarit Opina” que, en sus ocho columnas publicó este 30 de marzo: “Garantizan derechos laborales a trabajadores de Salud. Gobierno y SNTSA firman el acuerdo después de la reunión de este lunes en Casa de Gobierno. La minuta, con 7 puntos de acuerdo”.