Nacional

A cinco años de la pandemia, el covid-19 sigue latente

El 23 de marzo de 2020 toda la población fue confinada debido a que el SARS-CoV-2 llegó con una velocidad avasallante y dejó más de 334 mil defunciones; ahora urge establecer mecanismos para enfrentar una futura emergencia sanitaria, advierten

OLIMPIA ÁVILA, ILIAN CEDEÑO Y PATRICIA RODRÍGUEZ CALVA 

A cinco años de la pandemia, el covid-19 sigue latente

El 23 de marzo de 2020 toda la población fue confinada debido a que el SARS-CoV-2 llegó con una velocidad avasallante y dejó más de 334 mil defunciones; ahora urge establecer mecanismos para enfrentar una futura emergencia sanitaria, advierten

OLIMPIA ÁVILA, ILIAN CEDEÑO Y PATRICIA RODRÍGUEZ CALVA | 05:00 hrs.

México llega “muy dañado” al quinto aniversario del arranque de la Jornada Nacional de Sana Distancia, y  sin los recursos necesarios para que el sistema de salud enfrente otra eventual pandemia, dijo en entrevista con Excélsior, Alejandro Macías, investigador y profesor de la Universidad de Guanajuato.

Añadió que la crisis sanitaria que se vivió fue resultado de que las autoridades minimizaron su impacto negativo.

Llegamos muy dañados como uno de los países con un peor desempeño, con  una peor afección por la pandemia. Esto tuvo que ver con factores existentes, pero también por factores propios al manejo de la pandemia.

Lo existente es que teníamos un sistema de salud que era insuficiente, pero también podemos decir en cuanto al manejo que se minimizó el impacto que iba a tener la pandemia, cuando había tiempo para prepararse, se minimizó el daño que podía causar la enfermedad”, señaló el infectólogo.

Hace cinco años, el 23 de marzo de 2020, el gobierno federal decretó el inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia, un confinamiento que debido a la escalada de casos y muertes por covid, derivó en una declaratoria de emergencia sanitaria establecida el 30 de marzo de ese mismo año, la cual duró más de un trienio, al concluir el 9 de mayo de 2023.

A la distancia, el saldo de la pandemia de coronavirus, sigue latente en nuestro país debido a la falta de atención médica oportuna que se reflejó en un exceso de mortalidad de 808 mil 619 fallecimientos que ocurrieron durante ese periodo, de acuerdo con el informe presentado por la Comisión Independiente de Investigación sobre la pandemia de covid-19 en México.

Una cifra contrastante porque los datos oficiales sólo contabilizaron 334 mil 336 decesos por coronavirus, desde el 18 de marzo, cuando se oficializó la primera muerte.

En tanto, de los 808 mil 619 fallecimientos, la Comisión señaló que al menos 511 mil 081 defunciones son atribuibles directamente a covid por la revisión de la causa de muerte en las actas de defunción, aunque cabe aclarar que en numerosos casos, se asentó que la persona había muerto por una neumonía atípica.

El sistema de información utilizado por las autoridades para la toma de decisiones y la comunicación a la sociedad dejó de captar alrededor de 35 de cada 100 muertes por covid”, señala el documento publicado en 2024.

La falta de insumos y de medicamentos, junto a las precarias condiciones de trabajo del personal de salud, que registró la tasa más alta de defunciones del continente americano, con 4 mil 843 muertes, son algunos de los aspectos que incidieron negativamente en las defunciones, señaló Macías.

La falta de distribución de medicamentos, los hospitales en malas condiciones, pocas camas de terapia intensiva, inclusive se terminó el oxígeno para la atención en muchos hospitales y en los domicilios, la gente que teníamos que atender a domicilio con oxígeno, difícilmente  lo conseguía”, indicó.

SE REQUIEREN MÁS RECURSOS

Desde el inicio de la pandemia en 2020, hasta junio de 2023, los datos oficiales reportaron 7 millones 633 mil 355 casos de covid-19 confirmados por pruebas de laboratorio, donde 53.66 % fueron mujeres y 46.34 % fueron hombres.

En su mayoría, las personas contagiadas  tenían hipertensión, diabetes y obesidad.

Durante 2024 la curva descendió considerablemente, al reportar 14 mil 134 contagios con 692 defunciones. En lo que va de 2025, hay 770 casos confirmados y 21 muertes.

No obstante el descenso de los casos de coronavirus, existe la posibilidad de que en  una década, México, al igual que otros países, podría enfrentar otra pandemia, para la cual, nuestra nación no está preparada, debido al recorte presupuestal que afectó a la secretaría de salud, señaló el especialista.

Expuso que el secretario de Salud, David Kershenobich, ya convocó a un grupo de expertos con el objetivo de preparar un plan de acción para enfrentar la eventual aparición de un nuevo virus, pero la falta de recursos y la precaria situación del sector salud lo podrían hacer inviable.

El problema está en que el sistema de salud sigue teniendo la misma infraestructura. La mejor preparación que podemos tener para la siguiente pandemia es un buen sistema de salud que actualmente no tenemos.

¿Y cómo vamos a pedirle al secretario de Salud que de manera mágica tengamos un buen sistema de la noche a la mañana, si no le dan dinero para trabajar? Entonces lo primero es que el poder legislativo otorgue más dinero para la salud y que ese dinero se destine apropiadamente para tener un mejor sistema de salud”, señaló el infectólogo Alejandro Macías.

UN VIRUS QUE IMPULSÓ LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL

Con el confinamiento por la pandemia de covid-19, tomó fuerza en México la alfabetización digital, principalmente mediante el home office, una estrategia que llegó para quedarse, pues siete de cada 10 empresas adoptaron esa forma de trabajo o una híbrida.

El virus cubrió de incertidumbre al país, tanto en materia de salud, como económica. Las empresas y otros negocios debían seguir operando y, de acuerdo con la organización global KPMG, la productividad aumentó en 65% para las que hicieron trabajo remoto.

La pandemia nos hizo reflexionar sobre cuáles eran los empleos más trascendentales y nos dio muchas oportunidades, una de ellas es que siete de cada 10 trabajos se pueden hacer de manera remota”, dijo a Excélsior Laura Coronado, especialista en cultura digital.

El covid no sólo impuso esta forma de trabajo a distancia, sino que también obligó a pequeños y medianos negocios a reinventarse.

El QR es una herramienta digital que evitó el contacto físico al consultar las cartas, algo que varios negocios mantienen.

Entre los desafíos “vimos principalmente el de talento humano. Por desgracia, muchas personas no saben liderar a distancia, pero quienes lo lograron, ahora tienen beneficios económicos. Y muchas personas, principalmente mujeres, se adentraron en el mundo digital y emprendieron negocios que persisten en plataformas”, agregó la investigadora del Instituto Mexicano de Estudios Estratégicos en Seguridad y Defensa Nacionales (IMEESD).

-Ilian Cedeño

LECCIONES QUE DEJÓ SARS-COV-2

El uso del cubrebocas en caso de enfermedad respiratoria, el lavado constante de manos y la importancia de la vacunación fueron las grandes lecciones que dejó la pandemia de covid-19, las cuales, sin embargo, se han ido olvidando con el paso de los años.

En contraste, inventos que en su momento parecieron oportunos, como los tapetes y arcos desinfectantes, nunca funcionaron y quedaron como una mera anécdota de la pandemia.

El cubrebocas fue útil, desde luego. El lavado de manos siempre ayuda para evitar transmisión de enfermedades infecciosas, pero no fue lo determinante en este caso, puesto que era una enfermedad que se transmitía básicamente por la vía aérea. Y sí, hemos ido perdiendo esa costumbre, en la medida que se nos ha pasado el temor y debiera mantenerse siempre”, señala Alejandro Macías, infectólogo y catedrático de la Universidad de Guanajuato.

Para futuras pandemias, México va a tener una mejor posición en cuanto a la producción de vacunas, para que cuando inicie una pandemia, el distanciamiento social la retrase, pero podamos pasar rápido a la aplicación de vacunas ya de producción nacional”, considera el experto.

PARA QUEDARSE

  • Uso de cubrebocas: Ayuda a reducir el riesgo de transmisión de virus respiratorios. Las mascarillas, sobre todo las KN95, fueron un arma para reducir los contagios.
  • Lavado de manos: Se masificó la costumbre de lavarse las manos de forma correcta y con frecuencia, para prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas.
  • Vacunación: Si bien las vacunas no evitan los contagios, sí evitan enfermar gravemente y morir, por lo que el desarrollo y actualización de las mismas es clave.
  • Ventilación y sana distancia: En lugares cerrados, es más posible la concentración de virus. Evitar las aglomeraciones es eficaz para contener contagios.

LO QUE NO TRASCENDIÓ:

  • Tapetes sanitizantes: Su objetivo
  • era que el virus no entrara a inmuebles por medio de los zapatos, no se continuó con su uso, pues el virus se transmite por vía aérea.
  • Caretas: Tras varios estudios se reveló que las caretas faciales hechas de plástico u otros materiales eran inútiles para contener el virus.
  • Túneles o arcos desinfectantes: Con el avance de la información se supo que el contagio de SARS-CoV-2 por contacto es poco frecuente.
  • Termómetros como filtro: Tomar la temperatura a la entrada de los edificios no era una medida confiable, pues no todos los enfermos presentaban fiebre

-Olimpia Ávila

VOLVIÓ A LA VIDA, LUEGO DE TRES MESES INTUBADO

Soy un sobreviviente de covid-19. Estuve intubado tres meses. En ese tiempo, los médicos esperaban el momento fatal; mi familia me despidió e incluso pidieron la intervención de un sacerdote”, recuerda Horacio Lacho Sosa.

El año 2022, cuando se registró la quinta ola, confiado de haber recibido la primera vacuna, bajó la guardia y contrajo el virus. Al zapoteco del municipio de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, le recomendaron atenderse en casa porque los hospitales estaban saturados. Le recetaron antibióticos. Después de 10 días de resguardo y aislamiento total, el malestar disminuyó.

Pero después de la aparente recuperación, le salió sangre de la nariz y tenía problemas para respirar. “Ese día, un gran médico, amigo mío, me llama y me dice: Lacho, si no consigues un tanque de oxígeno, en media hora estarás muerto”, comenta.

Le sacaron unas radiografías de los pulmones, los tenía “desechos”. Llegó grave al Instituto Nacional de Cardiología, Ignacio Chávez, en la Ciudad de México, donde a las pocas horas de ingreso lo intubaron.

Sentí mucho miedo de que me intubaron, por lo que hice una videollamada, para despedirme de mi esposa y mis hijos”.

Soy católico. Me encomendé a la Virgen de Guadalupe y a San Bartolomé Apóstol”.

Una de las secuelas fue la pérdida de la memoria a corto plazo, cuenta. “Tenía la parte cognitiva totalmente borrada. Yo sólo podía contar hasta tres o cinco, no podía caminar más de dos pasos o comer solo”, agrega.

A la fecha sobrellevo las consecuencias. Me enfermo seguido. Se me olvidan las cosas, aunque hayan ocurrido en una misma fecha, aun así, agradezco ser un sobreviviente de covid”, celebra.

-PATRICIA BRISEÑO

TRISTEZA, MAL PARA EL QUE NO HUBO ANTÍDOTO

A cinco años de la pandemia hay ausencias que nunca se podrán superar y daños colaterales que dejaron a familias, no por contagiarse del SAR-CoV-2, sino por la tristeza y la depresión que les vino después de perder a un familiar.

Mariana aún recuerda a sus tías Isabel (Chavelita) y Judith (Juditas), ambas fallecieron, no por covid, sino por la tristeza de perder a sus hijos Hugo y Luis, víctimas del virus, en el 2020.

Me imagino que mi tía Chavelita no pudo superar la muerte de su hijo, Hugo, de 42 años, quien falleció en casa de mi tía, porque cuando se contagió no quiso ir a un hospital”, cuenta.

En ese momento, no era posible realizar los funerales abiertos al público y tenían que sepultar a sus muertos inmediatamente.

La tarde en que falleció mi primo Hugo, mi tía Chavelita, una mujer de 78 años, tuvo que hacer todos los trámites para el funeral de su hijo. A mí se partió el corazón al imaginar a mi tía Chavelita sola en el panteón, sepultando a su hijo, sin nadie que la acompañara”, expresa.

La tristeza desencadenó en depresión mortal y para eso no hay cura, no hay medicamento, ni tratamiento, justo al año de la muerte de mi primo, Chavelita falleció”, indica.

Un mes después de la muerte de Hugo, murió su primo Luis también por covid, aunque él si se atendió en el hospital no pudo vencer la enfermedad.

En el caso de mi primo Luis, su hermana se encargó de todo, ella no le había dicho nada a mi tía Juditas, quien era diabética, sabía que mi primo estaba en el hospital, pero no que había fallecido, un mes después se enteró y al año siguiente Juditas falleció”, lamenta Mariana, quien a la distancia, recuerda a sus tías con una bella sonrisa.

– Miriam Bueno

«Indiferencia, la verdadera pandemia»

Respira. Camina muy despacio, como si jugaras a cámara lenta. Evita el calor. Inhala cuando el esfuerzo es menor y exhala como soplando velita cuando es mayor. No camines más allá de lo que pueda tu cuerpo y siéntate cada cierto número de pasos. Antes de salir, descansa todo el día, también de estímulos emocionales e intelectuales. Mantente bien hidratado y, por supuesto, sé feliz al salir de nuevo”.

Éstas son parte de las instrucciones con las que Rafael Mondragón aprendió a caminar otra vez, luego de que el covid le dejara secuelas en el cerebro y en el estómago, debido a las cuales, hasta la fecha, debe pasar días recostado, no puede escribir más de un par de párrafos —algo indispensable para su trabajo— y es incapaz de cargar a su hijo pequeño.

A cinco años de la emergencia sanitaria y dos de vivir con covid persistente, Rafael lamenta lo que llama la verdadera pandemia en la sociedad: la indiferencia y, muchas veces, la crueldad hacia las personas que aún enfrentan la enfermedad. 

Pareciera que quienes estamos enfermos insistimos en nuestra condición, en nuestro cansancio, en recordarle a la gente una tragedia que todo mundo quisiera esconder debajo de la alfombra”.

Yo me enfermé cuando formalmente la pandemia ya había terminado, en enero de 2023. En mi caso, tuve una enfermedad que duró más o menos una semana y, después, en el momento de la llamada recuperación, fue que empecé a ponerme realmente grave”, cuenta en entrevista con Excélsior.

El covid me golpeó en el estómago y el cerebro; entonces, como parte de la enfermedad, perdí el lenguaje, perdí funciones relacionadas con la memoria… y mi mundo se hizo pequeño”, relata Rafael, a cinco años del confinamiento por covid-19.

Debido al llamado covid largo, a sus 41 años, Rafael, profesor e investigador de la UNAM, no sólo tuvo que volver a aprender a caminar, sino, también, a hablar, a leer, a escribir, a escuchar e, incluso, a respirar.

Tuve que aprender a respirar de nuevo. Mis pulmones no quedaron dañados, pero la crisis sistémica ocasionada por el sistema gastrointestinal y el cerebro dificultaban que pudiera hacer esfuerzos físicos mínimos, entre ellos respirar”, narra.

La afectación en su cuerpo, en parte derivada de una inflamación generalizada, es equiparable a la encefalomielitis miálgica, que ocasiona debilidad y cansancio que no se quita con el descanso. Cualquier actividad, ya sea física o intelectual, es como correr un maratón.

Usualmente mis ciclos son de tres días buenos o cuatro, por siete u ocho malos. Entonces, en mis días malos, tengo que estar recogido en casa, haciendo el menor esfuerzo posible”.

Hasta la fecha, Rafael no ha recuperado su vida como era antes de enfermarse. Aún no puede escribir los textos a los que estaba acostumbrado. Conversar lo debilita, especialmente si se trata de charlas en las que hay emociones vinculadas, y el razonar es una tarea titánica.

Llegar a la noche me cuesta mucho trabajo y cargar a un niño implica un esfuerzo del que mi cuerpo no puede hacerse cargo”.

En la escritura he logrado avanzar mucho y de vez en cuando puedo hacer pequeños párrafos, por ejemplo, el tamaño de un mensaje de texto o de un estado de una red social. Pero no soy capaz de hilar un texto complejo, y yo me dedico a escribir”, lamenta.

Pese a la adversidad, no deja de luchar todos los días. Su esposa, Laura, ha sido su gran apoyo. Sus hijos, ahora de cuatro y dos años, han aprendido a cuidarlo, a jugar moviéndose poco. En la UNAM ha encontrado compañeros solidarios y su caso le ha permitido crear una red de apoyo con más personas enfermas, donde se da cuenta que no está solo.

Desde su situación, llama a las autoridades y a la sociedad en general a no desviar la mirada de quienes padecen covid largo, muchas veces sin diagnóstico y sin la atención necesaria.

Mi enfermedad la estoy sufriendo, pero a veces siento que tiene algo de regalo porque me ha permitido mirar de otra forma… yo me volví como un viejito y eso me ha permitido entender de otra forma lo que le pasa a los ancianos, a los niños y los enfermos, que formamos parte de esa gran minoría de personas para las cuales el mundo parece no estar hecho”, concluye.

FUENTE: EXCELSIOR

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *