¿Qué fue lo que falló?
El objetivo se cumplió, el protocolo que dicen que sí funciona ahora será revisado porque ya necesita actualizarse, pero, de paso, sería bueno checar la parte del uso de la fuerza pública
¿Qué fue lo que falló? Es la pregunta que muchos, entre funcionarios del gobierno estatal como funcionarios del gobierno de San Pablo del Monte y vecinos de aquella demarcación seguramente se siguen preguntando, ante lo sucedido el sábado pasado durante la aplicación del protocolo contra linchamientos.
El objetivo se cumplió, claro, finalmente la consigna era rescatar a dos policías retenidos, uno muy lastimado, por cierto, y sacar de ahí a tres presuntos ladrones con vida, pues ya amenazaban con lincharlos, pero en el transcurso de todo ese operativo algo se salió de las manos de alguien y terminó en un hecho trágico.
¿Quién fue? ¿quién dio la orden de actuar así en contra de la población? ¿fue justificado el uso de la fuerza y hasta dónde será correcto? Son otras de las dudas que quedaron luego de lo que ya todos sabemos.
Lo único que se sabe hasta ahora en torno a la probabilidad de que haya sanciones es que el protocolo contra linchamientos será revisado porque ya necesita actualizarse, el mismo protocolo que las autoridades defienden con el argumento de que “sí funciona y ha dado buenos resultados” ya necesita ponerse al día.
Los cambios, dijo Max Hernández Pulido, van a incluir delimitar el papel del primer respondiente, una revisión legal y que más áreas del gobierno se involucren en cualquier caso de amenaza de linchamiento, como las fiscalías, para que actúan todos ante cualquier llamada.
Los tiempos de respuesta ante los casos de posibles linchamientos han mejorado, según dijo, gracias a que los C2 operan y desde ahí se vigilan las calles, pero aún así hay que chequear por qué siguen llegando tarde los policías a los conflictos sociales.
Ahora bien, por el otro lado, habría que cuestionar qué hacía una mujer de 30 años, madre de un menor, en medio de un conflicto social donde la violencia imperaba, y aunque se aclare que lo único que pedía era justicia para un pueblo que está sumido en la inseguridad y donde la delincuencia opera con impunidad en las calles, precisamente por esa razón, considero, debió caber en ella la prudencia.
¿Acaso falló ella? ¿será que solo estuvo en el lugar equivocado a la hora equivocada, y que un momento de descuido bastó para que su vida se viera interrumpida?
Ahora la carga la tiene la fiscalía, porque si bien la familia de Brenda se ha conducido de manera pacífica dando tiempo a que las investigaciones se tomen su tiempo, que no sea raro que en cualquier momento tengan que exigir sus derechos si la fiscalía tarda mucho o no da buenos resultados.