AJUSTES AL GABINETE, DESEABLES
- Mientras esperamos, vamos a fondo
Érase una vez… – Por: Penélope García Lozano
Recientemente, mucho se ha comentado en la opinión pública, publicada y por la misma gobernadora, sobre cambios en el gabinete legal y ampliado del gobierno del esta- do. Mucha murmuración sobre quienes son los responsables del algún área que serían destituidos.
Vale la pena ir mas a fondo sobre los beneficios sociales, políticos y administrativos de irse concretando estos reajustes al gobierno encabeza- do por Lorena Cuéllar Cisneros, los cuales ya se han venido dando principalmente en el sector educativo, de seguridad y pareciera que podría seguir el sector salud. Que por cierto, de ser esta la ruta, resultaría natural pues dichos son los sectores de gobierno más grandes, por tan- to complejos, y en consecuencia susceptibles de presentar problemas y la necesidad de cambios. Siendo así, otros sectores que podrían seguir en cuanto a cambios de titulares son igualmente los mas grandes.
Un beneficio administrativo sería que cualquier secretario, coordinador o director general tendrá incentivos para mantener un desempeño apegado a los objetivos planteados en el Plan de Desarrollo Estatal; tener una atención responsable, respetuosa y amable si tienen contacto con la ciudadanía; y desde luego, manejarse con honestidad y compromiso. Pues de lo contrario, aquellos sabrán que serán sujetos de despidos.
Han sido evaluados la primera y segunda línea del gobierno en base a criterios que giran en torno a los anteriormente descritos, y así lo anunció el mismo Gobierno estatal, si consecuentemente hubiera castigos, se sentaría el precedente para todos los susceptibles de evaluación a no apelar a una cercanía a la gobernadora, a un compromiso político derivado de campañas; asumirían a las buenas o a las malas, que habrán de dar resultados y enfocarse en su responsabilidad.
De cumplirse un considerable bloque de cambios de titulares de distintos niveles, Cuéllar Cisneros mostraría ser consecuente con lo expresado recientemente.
Aquí habría otro beneficio administrativo implícito; más allá del sello y rumbo de esta administración, que lo tiene y merece su propio análisis, quedaría de manifiesto que para llegar a sus metas y seguir su rumbo, este gobierno tiene supervisión y evaluación sistemáticas.
Estos dos son principios elementales de la administración, privada o pública. Nada que no se mida, supervise, evalúe, corrija y retroalimente avanza o se concreta. La gobernadora, insisto, realizo ajustes en base a evaluaciones por dependencia. No derivado de las grillas o golpeteos entre miembros de su gobierno, que inevitable y naturalmente existen.
Si se supervisa y evalúa, sean cortos o ambiciosos, correctos o incorrectos, los objetivos de este gobierno tendrán más probabilidades de alcanzarse.
El mayor beneficio social de una probable refrescada a su equipo es que con esto la gobernadora mostraría irrefutablemente con hechos su compromiso de gobernar con resultados para todas y todos los tlaxcaltecas y no para un grupo de cercanos que no tengan compromiso de servicio. Va antes el proyecto de transformar Tlaxcala, que los individuos con sus propios intereses e incompetencias.
El mayor beneficio político sería dado por los tiempos. Tiene justificación tras una evaluación por un primer año de gobierno, y tiene previsión hacia un 2024 electoral y que internamente iniciará en su partido, morena, a finales de este mismo 2023.
El proceso electoral futuro necesariamente generará salidas de su gobierno como en el nivel federal representado en el estado y en los ayuntamientos. Pero no hacer cambios ahora, seria someter a su administración a esperar con las piezas que no funcionan hasta el siguiente periodo que ofrece ajustar con naturalidad.
Ya en terrenos de beneficios particulares o grupales, por lo contrario, este periodo previo al proceso electoral y la coyuntura de ajustar su equipo, permitirían a Lorena Cuéllar, como líder protagonista política, impulsar a quienes avizore como candidatos en posiciones de vitrina política. Esa será la siguiente comidilla política que se dará de concretarse ajustes al gabinete.