Calle Domingo Arenas se ha convertido en vía rápida, acusan vecinos de Zacatelco
Quieren colocar llantas para que los conductores disminuyan la velocidad; hay reductores, pero sólo están frente a la casa del alcalde
La calle Domingo Arenas, una avenida recién rehabilitada, se ha convertido en una vía rápida para los conductores y provocan que quienes habitan ahí corran riesgos todo el tiempo, por eso han buscado soluciones provocando el descontento de sus vecinos, quienes piden que la nueva imagen no sea entorpecida.
Para reducir la velocidad de los vehículos que transitan hacia el zócalo municipal, pretenden colocar llantas y clavarlas al pavimento para que nadie las pueda quitar, pero otros no están de acuerdo, pues eso arruinaría el recién colocado pavimento.
Ambos grupos han buscado al presidente municipal, Tomás Orea, para que sea el quien ponga una solución, y hasta ahora no se ha concretado nada, ya que colocar reductores de velocidad requerirá de nuevos gastos para el ya de por sí alterado costo.
Y es que la calle Domingo Arenas, donde se encuentra la casa del presidente municipal, sí tiene reductores de velocidad, pero estos únicamente se encuentran frente a la casa del munícipe, “él no tiene problemas porque ha colocado sus topes, pero los demás corremos riesgos, los autos transitan a alta velocidad y puede haber un accidente”, dijeron los inconformes.
Quienes defienden la no colocación de topes a través de las llantas, dijeron que “es una calle que por muchos años estuvo en malas condiciones, ya se ha arreglado y no sería justo que por unos cuantos la imagen urbana se vuelva a deteriorar”, insistiendo que el acalde intervenga.
La obra de la calle Domingo Arenas, desde su inicio, fue denunciada como “a modo” para beneficiar principalmente a Tomás Orea, pero también exhibida como la que a pesar de verse bien y contar con beneficios que ninguna otra avenida zacatelquense tiene, estuvo mal planeada.
Incluso semanas antes de su conclusión, un aguacero leve causo inundación mostrando que no estaba bien construida, y eso se vuelve a reflejar ahora que los vecinos denunciaron que le hacen falta reductores de velocidad.
De cualquier modo, el alcalde tendrá que atender las necesidades ciudadanas y decidir si quiere mantener una calle peligrosa que se vea bonita, o si le invierte más recursos para mantener la seguridad de las familias, arriesgando la vista de la vialidad.