2023, límite para adecuaciones y normar entorno del Patrimonio Cultural en Tlaxcala
- El INAH contempla hacer mejoras y dar mantenimiento a el exconvento de San Francisco para protegerlo de la humedad; el entorno y normar el comercio es responsabilidad del ayuntamiento, pero aún no tiene un proyecto urbano.
- Se requieren 14 hectáreas de amortiguamiento por lo que deben incluirse varios inmuebles en el proyecto urbano y de mantenimiento.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tlaxcala, tiene hasta 2023 para que, junto con autoridades municipales, estatales y federales, cumplan con las adecuaciones y recomendaciones que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) hizo para mejorar el conjunto conventual franciscano y la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
José Vicente de la Rosa, delegado del Centro INAH Tlaxcala, confirmó que mientras tanto se requiere dar mantenimiento constante, a fin de preservar en buenas condiciones el edificio catedralicio y conventual, y ya existen planes para realizar algunas adecuaciones y cambios.
“En el momento que registraron el expediente y fue considerado como digno de la inscripción como patrimonio cultural, el plazo que tenemos marcado por la UNESCO es hasta el 2023; un inmueble de estas características ocupa casi dos hectáreas, lo que es la construcción, más 14 hectáreas que se llaman zona de amortiguamiento, y requieren permanentemente un mantenimiento menor o cotidiano”, dijo.
Sin embargo, también requerirá un mantenimiento mayor y probablemente se ejecute. Este consiste en una impermeabilización del techo del exconvento y será necesario levantar toda la capa y los materiales que tiene actualmente.
“En estos días estamos pensando que justo el patio de lo que ahora es el Museo Regional del INAH se teche, convertirlo en un foro cerrado para evitar problemas de lluvias o demasiado sol y tener más espacios para eventos; todo el acervo del exconvento está en buen estado, pero siempre requiere un retoque que estará a cargo de personal especializado y restauradores.
Para esto, expuso, sí hay presupuesto y será a cargo del INAH, aunque la parte externa y urbana ya dependerá del ayuntamiento y aún no hay un plan de gestión para las 14 hectáreas, uno de los requisitos que pide la UNESCO.
“Específicamente al ayuntamiento le toca el plan parcial de desarrollo y ese se incorporará al expediente técnico, cada instancia de gobierno tiene su responsabilidad, como el tema del comercio que también es de responsabilidad del ayuntamiento, entonces solo hay que normarlo”, dijo.
Para hacer lo necesario, el plazo es hasta 2023, pero en caso de que se consuma el tiempo y estos no se hagan, tanto el INAH como el comité responsable tendrán que rendir cuentas, aunque Vicente de la Rosa descartó que haya sanciones drásticas, como perder la declaratoria, por el contrario, dijo que lo que se hace en este caso es explicar la situación y posiblemente exista una ampliación para lograr los objetivos.
Resaltó que dentro de la ampliación de la zona de amortiguamiento se tiene considerada la inclusión de inmuebles hacia la capilla del Buen Vecino y hacia la parte baja de la catedral, aunque señaló que los trabajos serán parte de lo que tenga que hacer el ayuntamiento.