UN GOBIERNO SIN PENA NI GLORIA
Por José Luis Ramírez Romero
En distintos municipios del estado, el trabajo de los alcaldes permite advertir el surgimiento y consolidación de lideres políticos.
En Huamantla, Salvador Santos puso al municipio a la vanguardia tecnológica, y en la vía de la modernización de los servicios municipales, con el lanzamiento de la app “Salvando con Acciones”. Su programa de obras, “Salvando tu Comunidad”, le ha permitido volver a las comunidades y comprometer infraestructura básica y de servicios enfocada a mitigar el rezago social. Incluso, prepara un viaje a Alemania que implica oportunidades de promoción, no solo turística y cultural, sino también de inversión, por la cercanía de Huamantla a la planta de Audi en Puebla.
En Apizaco, Pablo Badillo consiguió que el Congreso del Estado aprobara la autorización para la contratación de un crédito simple por 19 millones de pesos para inversión pública productiva, que consiste en la adquisición de diez patrullas, cuatro camiones recolectores de basura, y dos mil lámparas tipo LED, así como la construcción de oficinas administrativas de la Comisión de Agua Potable del Municipio de Apizaco (Capama).
En Apetatitlán, Ángelo Gutiérrez siguió los pasos de su correligionario apizaquense, y también solicitó la contratación de deuda pública por 5.3 millones de pesos para comprar siete unidades, 4 para seguridad, una para protección civil, otra para servicios municipales y una más para el DIF Municipal. También inició el programa “El Presidente en tu Comunidad”, muy al estilo de la Oficina Itinerante de Atención Ciudadana que implementó el diputado del V Distrito, Vicente Morales Pérez, para llevar trámites y servicios a las localidades. Y su ascendencia en el PAN es indiscutible, gracias a la llegada de su esposa al Comité Directivo Estatal del partido.
Incluso en San Pablo del Monte, la decisión de Raúl Tomás Juárez, de “defender” el territorio tlaxcalteca colocando señalética para reclamar como suyo el territorio aledaño a la barranca Puente Cuata, en la Junta Auxiliar de La Resurrección, se mostró como un esfuerzo legítimo por trascender en la escena política. Aunque este martes haya retirado el letrero que justificaba la delimitación territorial con base en un decreto del Congreso de la Unión de 1899, puso nuevamente la atención en el añejo problema de los límites territoriales con el vecino Estado de Puebla.
Mientras tanto, en el Municipio de Tlaxcala, Jorge Corichi administra los problemas de los capitalinos sembrando una expectativa de cambio que no se cumple. Ante la creciente inseguridad, su gobierno destaca el trabajo de la Guardia Nacional en la comuna, y hasta “unión de esfuerzos con el pueblo”. Frente a la falta de estrategias de promoción turística, promueve paseos dominicales con mascotas y hasta acciones cosméticas de pinta de fachadas de algunas construcciones céntricas. Y a falta de proyectos de obra de impacto, bajo la “política” de “más territorio y menos escritorio”, supervisa faenas en las que la población es la auténtica protagonista de las actividades de limpieza.
Francamente, de no ser por el interés de la gobernadora Lorena Cuéllar de embellecer diversos puntos de la ciudad de Tlaxcala, o apoyar acciones coordinadas de promoción, como el Tour Mundial de Voleibol de Playa o el reciente INAHFEST Tlaxcala 2022, la capital pasaría sin pena ni gloria el juicio ciudadano del cambio prometido.
En campaña, prometió que el presupuesto se destinaría a “mejorar la seguridad, la salud, el abasto de agua, la iluminación, el drenaje, el bacheo de calles, la generación de empleos, el impulso al deporte, y las campañas para combatir la desigualdad y proteger a mujeres a niñas”.
Pues bien, a un año de su triunfo electoral, su gobierno mantiene en total opacidad el manejo de los recursos públicos, los cuales, a la vista del ciudadano, no están contribuyendo a bajar la delincuencia, mejorar la economía, abrir fuentes laborales y elevar las condiciones de bienestar social, como lo demuestran las encuestas que miden el desempeño gubernamental.