OpiniónPORTADA

Un año y sin resultados…

  • Alcaldes tlaxcaltecas cumplieron ya una tercera parte de su gobierno y apenas comenzaron a ser conscientes de lo que significó el triunfo electoral; al menos en 12 meses no tuvieron resultados

Un año hace ya que los presidentes municipales tomaron las riendas de los ayuntamientos, un año ya que debieron comenzar a trabajar y a sentar las bases para continuar el desarrollo de sus comunidades, pero también, en algunos casos, un año ya que los ciudadanos esperan que se cumplan las promesas de campaña o, al menos, que exista un plan para que se puedan cumplir.

Y es que a 12 meses (una tercera parte del periodo de administración para el que fueron electos) algunos presidentes municipales no han hecho otra cosa que cobrar su sueldo y culpar al anterior, igual o peor de corrupto, de lo que no han logrado hacer, y realmente no se trata de cosas complicadas o que salen de sus capacidades, por ejemplo, la obra pública.

A 12 meses algunos apenas comienzan a dar las primeras señales de trabajo, a otros se les ha complicado tanto asimilar el triunfo electoral que siguen en campaña, pero lo cierto es que sus actitudes han provocado que Tlaxcala no avance para bien.

Ahí está como ejemplo el presidente municipal de Zacatelco, a quien nuevamente le embargaron las cuentas del municipio por perder una demanda laboral, otra vez, y a un año sigue teniendo las mismas quejas que cuando llegó; la recolección de la basura y la seguridad son su dolor de cabeza.

No se diga el de Tlaxco, que llegó tratando de imponer sus reglas y a poco tiempo se dio cuenta de que su estrategia no funcionaría, pero lo peor de todo es que no la ha cambiado y, por ende, el municipio sigue igual.

Mazatecochco y sus constantes conflictos de intereses le han restado energías a la presidenta municipal, quien ya no sabe si trabajar para los que gobierna o solo para los que le siguen, porque a cada acción corresponde una reacción, y esta no es muy positiva del lado que se le vea.

La capital no se queda atrás y su alcalde lleno de ocurrencias solo termina por afectar a todos, comenzando por las calles, pero eso sí, dice que la capital se convertirá en un destino turístico a pesar del nulo trabajo de sus autoridades.

Otros alcaldes de plano han desaparecido, como el de Ixtacuixtla, de quien no se sabe nada, o el de Nopalucan, que si no fuera por sus quesadillas seguiría en el completo anonimato.

De Calpulalpan se ha hablado mucho, pero solo por la inseguridad que no para, pero ya lo dijo otro alcalde “no podemos” y el trabajo pesado se lo están dejando al gobierno estatal.

Así, de los 60 munícipes, menos de la mitad ya despegaron y se encuentran aplicando los recursos que les fueron asignados para este 2022, pero Tlaxcala es como una máquina de engranajes que, aunque unos funcionen, los que no lo hacen no permiten que se vean los resultados en conjunto y esto, seguramente, pesará de forma individual en las cabecera municipales y comunidades para 2023.