Estado

Tlaxcala despide al Padre Zamorita

Cientos de católicos se reunieron para llevar al presbítero Manuel Zamora a su última morada; el Obispo encabezó la ceremonia

La comunidad católica tlaxcalteca despidió al presbítero Manuel Zamora García, conocido popularmente como el “Padre Zamorita”.

Tras el fallecimiento del sacerdote que por casi 60 años prestó sus servicios a la Diócesis y contribuyó a reforzar la fe cristiana en la entidad, ayer por la mañana cientos de personas, familiares, amigos, miembros de grupos religiosos, del clero y de la vida pública local, se reunieron en la parroquia de San José, en la capital, para dar el último adiós al cura.

Durante una misa de cuerpo presente que encabezó el Obispo de Tlaxcala, julio César Salcedo Aquino, los creyentes recordaron anécdotas con el sacerdote, algunos coincidieron que fue el personaje de la iglesia más identificado por los fieles, solo superado por el Obispo Luis Munive y Escobar, con quien seguramente compartió homilías.

Lo recuerdan como un Padre activo, que siempre estaba presente para recibir a la Virgen de Ocotlán a su paso por la capilla de san Nicolás de Tolentino, templo que tenía a cargo, y su presencia era siempre bien vista durante las misas del año nuevo en la Basílica de Ocotlán.

No faltó quien aseguró que el Padre Zamorita le confirió algún Sacramento, como el bautismo, la comunión e incluso el matrimonio, y fue un guía espiritual de varias generaciones tanto de sacerdotes como de creyentes.

La parroquia de San José fue elegida para despedir al presbítero debido a una petición del propio “Zamorita”, ya que fue ahí donde se ordenó como sacerdote y donde inició su carrera.

Posterior a la homilía, sus restos fueron trasladados en una carroza hacia la capilla de San Nicolás, en la esquina de las calles Xicohténcatl y Miguel Guridi y Alcocer, en Tlaxcala centro, donde también lo esperaban cientos de seguidores para darle sepultura.

El contingente recorrió varias calles de la capital, rodeando la Plaza de la Constitución, donde se sumaron más personas, y luego por la avenida Juárez hasta llegar a Miguel Guridi y Alcocer, también conocida como “la calle del pocito”, donde se encuentra la capilla de San Nicolás.

Entre porras, cantos religiosos, llanto y los aplausos de cientos de personas, el Padre Zamorita encontró su lugar de descanso dentro de la iglesia donde asistía las misas.

Luego de depositar el féretro en la tumba, decenas de personas se quedaron dentro del templo hasta que terminaron de cubrir por completo el lugar donde descansará el cura.

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