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Sufren productores de amaranto consecuencias de la pandemia

Desde marzo hasta la fecha sus ventas bajaron mas de 80%, la segunda cosecha es en noviembre, esperan mejores resultados para 2021

Productores de amaranto del municipio de Nativitas, sufren aún los efectos económicos negativos que provocó la pandemia por el coronavirus.

Desde marzo hasta la fecha, sus ventas han bajado más de un 80 por ciento (%), provocando pérdidas de miles de pesos para quienes ven en la venta de productos derivados de estas semillas, su único sustento familiar.

Ahora, a dos meses de que termine el 2020 y ante un panorama poco alentador, sólo esperan que el 2021 sea mejor, y que el SarsCov-2 permita que las actividades económicas regresen a la normalidad para que, al igual que antes, retomen la venta de sus productos.

José Carlos, vecino de la comunidad de San Francisco Tenexyecac, expuso que su familia ha tenido graves problemas económicos desde que las actividades comerciales se interrumpieron y comenzó el confinamiento, pues sus mercados, en el sur, literalmente desaparecieron.

Expuso que desde hace siete meses sólo ha podido vender un poco de lo que produce, y que si la situación continúa de la misma manera pronto tendrá que enfrentar otro problema, y es que la semilla del amaranto no se puede almacenar seca por mucho tiempo, porque el sabor cambia.

“No hemos vendido bien, le venta de alegrías y de amaranto a granel bajó mucho, ahora tenemos acumulado más de la mitad de la producción del año pasado, y en noviembre será la segunda cosecha si no vendemos se va a echar a perder y no recuperaremos ni siquiera lo que gastamos en producir” dijo.

Y es que, a raíz de la llegada del coronavirus, su padre enfermó y falleció, lo que significó una gran pérdida, pese a que él también se contagió salió avante, pero si no fuera porque tiene otro empleo no hubiera tenido dinero ni siquiera para comer.

La pandemia sigue pegando, económicamente no nos va bien y parece ser que esto va para largo, a todos los que producimos amaranto nos fue mal porque, ya sea que ellos lo aprovechen o que lo vendan, todo se detuvo y nadie pudo hacer nada”.

Finalmente, José Carlos expuso que seguirán elaborando dulces típicos, y aunque se vendan en mucho menor cantidad, el sustento de sus familias no puede esperar y, aunque la pandemia no termine, tendrán que buscar opciones para comercializar sus productos.