Estado

Sin calavera infantes tlaxcaltecas en este 2020

Piden padres de familia en redes sociales no exponer a sus hijos al pedir calavera en esta temporada de Muertos

Sin calavera se quedarán los infantes tlaxcaltecas en este 2020, debido a que los padres de familia convocan en redes sociales que los niños del Estado de Tlaxcala se abstengan de salir a las calles a pedir la tradicional calaverita en esta temporada de muertos y de esta forma eviten contagios de Covid-19.

A través de redes sociales, llaman a “no exponer a sus hijos al pedir calavera como tradicionalmente se realizaba en años anteriores en este Día de Muertos para evitar los contagios por la pandemia del Covid-19″.

Mediante mensajes en redes sociales los padres de familia han pedido el apoyo de todos los tutores de los menores para no realizar esta actividad en los 60 municipios del Estado.

Lo anterior, para que no exista un rebrote de coronavirus entre los tlaxcaltecas, el mensaje gira en redes sociales diciendo que “una idea genial es disfrazarse con los niños, romper una piñata entre familia, disfrutar una noche con chocolate caliente y pan de muerto y ver películas de terror o animadas”.

La idea ha sido aceptada por los cibernautas que apoyaron el evitar que los infantes salgan y se “expongan” al virus, agarrados de las manos, cantando, tocando más de un dulce que pasa por las manos de más de una persona y que puede estar infectada y provocar un rebrote entre los tlaxcaltecas de Covid-19.

Además, en otros estados las autoridades de salud han recomendado a los padres de familia no asistir a los panteones, ni permitir que los niños salgan a pedir dulces, pero el cierre de panteones dependerá de cada municipio.

Durante la contingencia por el Covid-19 el gobierno de México y de los Estados han detenido y cancelado muchas actividades con la finalidad de inhibir las reuniones y evitar eventos masivos para evitar la propagación del virus.  

Pedir calaverita nació en la época prehispánica. Se cree que todo comenzó con un niño macehual, es decir, un pequeño que en la sociedad azteca pertenecía a una clase humilde. Al quedar huérfano y ser parte de una de las clases sociales menos favorecidas, no tenía dinero ni comida para colocar en la ofrenda de sus seres queridos.

Usando su ingenio, en una celebración a los muertos decidió pintarse la cara y salía a pedir su “calavera” que no era más que solicitar algunas donaciones de pan, frutas o comida para que tuviera algo que ofrendar a sus familiares. De esta manera, una acción que surgió de la necesidad se transformó en una tradición que se ha mantenido por muchos, muchos años.

En la época colonial, los pequeños salían a las calles con una “calavera” de calabaza o chilacayote y en el interior le colocaban una vela. Durante sus recorridos, hacían oraciones mientras solicitaban el apoyo de las personas.

Con el paso del tiempo la calavera sustituyó los alimentos de la ofrenda por dinero y los dulces, una práctica recurrente en los tiempos de la independencia cuando las familias acomodadas otorgaban un obsequio a sus sirvientes.  

Hoy en día, es muy común que, en las zonas rurales de nuestro país, pedir calaverita se asocie con la religión católica, ya que la acción siempre va acompañada de oraciones.