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“No a la privatización del agua”: comunidades regidas por usos y costumbres

  • Inconformidad con la iniciativa de Ley de Aguas y Saneamiento del Estado podría llegar a Palacio Nacional, comunidades señalan que vulnera los derechos humanos colectivos plasmados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, así como que se contrapone directamente a su manera de organizarse y de vivir.  
  • Externaron que la consulta que se pretende hacer del 21 al 29 de agosto es una «simulación», pues no cumple con el estándar que exige se realice a través de asambleas en las 94 comunidades.
  • Rechazan uso de su imagen, no intervinieron en la creación de la propuesta de ley; pues comentan que acudieron a reuniones previas pero “fue de buena fe, sin conocimiento previo de la citada iniciativa”. 

Isabel Polvo 

Presidentes de comunidad se pronunciaron en contra de la «privatización del agua», con ello rechazaron la iniciativa de Ley de Aguas y Saneamiento del Estado, propuesta por la diputada  local Marcela González Castillo, externaron en defender sus derechos y territorios. Y anticiparon con acudir a Palacio Nacional para externar su inconformidad. 

La postura de una parte de las 94 comunidades en la entidad, todas bajo el sistema de usos y costumbres están en contra de la propuesta, comentó el asesor de Ignacio Rodríguez Hernández, presidente de Santa Justina Ecatepec, municipio de Ixtacuixtla.

Se trata de una propuesta que busca «disfrazar el apoyo» y resulta ser una «mentira» pues se dijo que lo que buscan es privatizar el agua para «dársela a los señores de los dineros, de las empresas”.

Lo anterior, fue informado en conferencia de prensa frente a Palacio de Gobierno, ahí, presidentes de comunidad externaron que el problema de desabasto ha provocado algunas movilizaciones en el país, y en Tlaxcala se inició con esta manifestación pues lo dicho por el presidente de México «primero los pobres» en la entidad es lo contrario y se prioriza a los ricos como la empresa Coca-Cola y demás industrias contaminantes. 

Por lo que, en defensa de estos pueblos defendió su derecho a manifestarse y hacer lo que corresponde a los pueblos para que no se apruebe la iniciativa «burda de ley… ley espuria’. 

Por su parte, Víctor del Razo Hernández, presidente de comunidad de Santa Cruz Tlaxcala,  del municipio con el mismo nombre, explicó que la iniciativa prevé establecer el cobro de una cuota a quien tenga animales de traspatio para autoconsumo, lo que resulta injusto. 

Pero, además de la descarga domiciliaria a drenajes, la que al final se vierte en ríos y barrancas, «pedimos que nos respeten”, indicó. 

Lo anterior, vulnera los derechos humanos colectivos plasmados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y el artículo 2º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como, jurisprudencia y criterios tanto de los tribunales nacionales como internacionales.

Aunado a lo anterior, externaron que la consulta que se pretende hacer del 21 al 29 de agosto es una «simulación», pues no cumple con el estándar internacional que exige que se realice en las 94 asambleas.

A propósito, rechazaron el uso indebido de la imagen de las comunidades, pues no colaboraron en la creación de la propuesta de ley; pues si bien acudieron a las reuniones «de buena fe sin conocimiento previo de la citada iniciativa. No hemos tenido, ni tendremos participación alguna en la elaboración de la iniciativa. Es muy importante dejar eso claro, para evitar cualquier uso falso de nuestras imágenes y nombres pues no permitiremos que nos relacionen de ninguna manera con esta iniciativa que, además, rechazamos rotundamente pues eso podría generarnos problemas frente a nuestras asambleas generales, la máxima autoridad en nuestras comunidades».

Finalmente dejaron en claro, que en su totalidad, la propuesta es contraria a sus derechos humanos colectivos como las 94 comunidades Nahuas y equiparables de Tlaxcala que conservan sus propias formas de organización. «Nuestras normas y leyes comunitarias no permitirían jamás aceptar esta iniciativa, que repetimos, en su totalidad, contrapone directamente a nuestra manera de organizarnos y de vivir.