¿Por qué Ixtenco?
- ¿Cómo fue que el municipio obtuvo el nombramiento de Pueblo Mágico y dónde quedaron los otros que también pretendían serlo?
Desde el lunes pasado en Tlaxcala se pudo sentir la alegría de estrenar, una vez más, un pueblo Mágico, en esta ocasión tocó el turno a Ixtenco, un municipio pequeño de la zona oriente, vecino de Huamantla, el primer Pueblo Mágico de Tlaxcala, y por el que muchos, siendo sinceros, no apostaban.
Lo interesante es que, si de por sí muchos no apostaban por Ixtenco como Pueblo Mágico, sobre todo al tener enfrente a Nanacamilpa, por ejemplo, con su súper santuario de luciérnagas reconocido a nivel internacional, o Contla y sus saltillos también tan reconocidos que hasta empresas internacionales los copian, ¿cómo fue que se convirtió en Pueblo Mágico?
Pues no fue sencillo, pero su historia sí es digna de presumir.
Sucede que la secretaría de turismo federal abrió una convocatoria para que los municipios que quisieran participar en el proceso para Pueblos Mágicos se inscribieran, mandaran todos sus documentos, testigos, pruebas y esperaran los resultados.
Pero todo fue muy apresurado, la convocatoria fue lanzada sin previo aviso y solo tenían poco menos de un mes para cumplir con todos los requisitos, en Tlaxcala, obviamente, muchos no estaban preparados.
El punto fue que al final la SECTURE recibió 123 carpetas de 27 Estados; Tlaxcala sólo se envió una, y esa fue la de Ixtenco.
A la hora de premiar, 45 fueron los galardonados, y casualmente, la carpeta de Tlaxcala fue una de las más completas; así fue como Ixtenco se convirtió en Pueblo Mágico.
¿un golpe de suerte?, tal vez, pero lo que sí es cierto es que el comité que se formó con la intención de solicitar el nombramiento de Pueblo mágico no desesperó, a pesar de los años y del cambio de gobierno.
En 2018 eran al menos 14 municipios que querían ser pueblos mágicos, uno a uno fue desistiendo y al final ni los que se veían con gran potencial pudieron cumplir.
Ni Contla, ni Nanacamilpa, ni Teolocholco, ni Ixtacuixtla ni los demás tuvieron a tiempo sus carpetas, a pesar de que, se supone, ya había un trabajo previo, así que, si Ixtenco obtuvo el nombramiento fue porque no se desesperaron, supieron esperar casi cinco años y cuando vieron la oportunidad ahí estuvieron.
Que no sea raro tampoco que en otros estados haya pasado lo mismo, por eso Ixtenco también tuvo grandes ventajas; lo que sí queda claro es que, si hubieran participado más municipios de Tlaxcala, cualquiera hoy sería un Pueblo Mágico.
Quedó demostrado que, en Tlaxcala, en todo Tlaxcala, hay algo nuevo por descubrir, en cualquier pueblo, en todos los pueblos, eso es, precisamente, lo que caracteriza al Estado más pequeño del país, y que no se debe reducir a lo que ya se conoce o que ya es famoso, todos tienen algo que aportar.