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Por costos de insumos, pequeños productores abandonan el campo

No solo se trata de semillas y fertilizantes, pues hay que pagar agua de riego y ayudantes, que terminan siendo más costosos que lo que reditúa la cosecha, dijeron campesinos de Tepeyanco

Miguel Ángel Lara

Campesinos del municipio de Tepeyanco lamentaron que en los últimos años aquellos que poseen pequeñas parcelas de tierra abandonen la actividad agrícola, argumentando que la razón principal son los costos de insumos necesarios para hacer producir la tierra.

Ezequiel y Carlos, hombres que han dedicado una parte importante de su vida al campo, señalaron que para que el campo sea productivo no solo se requiere de semillas y fertilizantes, pues dentro del proceso están inmersos otros factores que en muchas ocasiones no pueden ser costeados.

“No se trata nada más de sembrar la semilla y a los tres meses ponerle fertilizante y ya todo crece, antes y durante hay muchos procesos y todos cuestan dinero, por ejemplo, tan solo preparar la tierra se requiere de mano de obra, un hombre no puede hacer todo el trabajo él solo, y pagar ayudantes ya es muy caro”, dijo Ezequiel.

Luego entonces se tienen que pagar tractores, agua de riego si es que no ha llovido, y otros gastos que van saliendo; “solo para preparar la tierra de un terreno pequeño, digamos de unos 4000 metros cuadrados (100 x 40 mts.) se necesitan unos 15 o 20 mil pesos, solo para prepararlo para sembrar”, señaló Carlos.

“Ahora, todo lo que se necesita para cuidar la siembra, ir quitando la hierba, regarlo otra vez por si no llueve mucho, la verdad es que sale muy caro mantener una siembra y siempre se tiene la incertidumbre de que en cualquier momento un aguacero, una granizada, puede echar a perder todo, por eso muchos están dejando el campo y mejor venden sus terrenos, los abandonan y ya se quedan ahí para nadie”, coincidieron.

Y es que, aunque en Tepeyanco la mayoría de campesinos se dedican a los productos de temporada, como la flor de cempasúchil y algunas verduras y leguminosas, quienes aún conservan la siembra y cosecha de maíz, haba, alfalfa, entre otros, prefieren no invertir y dejar de trabajar el campo a perder cada año y que los gastos sean mucho mayores a las ganancias.