Pide Obispo «trabajar bien» a los políticos
- Con honestidad y por el bien común, fue la petición del máximo jerarca de la iglesia al gobierno
El Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, pidió a los políticos de Tlaxcala trabajar bien y activamente, para que los ciudadanos puedan tener una vida digna.
Durante el recorrido de la Virgen de Ocotlán por las calles capitalinas, y frente al ayuntamiento de Tlaxcala, el máximo jerarca de la iglesia católica invitó a los servidores públicos a dirigirse con honestidad buscando el bien común, ya que, la suma de esfuerzos puede generar procesos sociales de fraternidad y justicia para todos.
Dijo que el egoísmo y la indiferencia no tiene cabida en los tiempos difíciles, como ahora que se atraviesa por una situación de emergencia, refiriéndose a la pandemia por el Covid-19, expresando que el desafío une a todos los fieles y lo aprendido, en estos últimos dos años, es que de ese virus nadie se salva.
“Y la única forma de derrotar esta emergencia sanitaria es con los anticuerpos de la solidaridad, por eso estamos llamados a sembrar esperanza en medio de tanto sufrimiento y desconcierto, porque con Dios en la vida no se muere”, externó.
Al retomar las palabras del Papa Francisco, quien expresó que la función y la responsabilidad política constituyen un desafío permanente para proteger a quienes viven en el país, señaló que la política, si se lleva a cabo dentro del respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad hacia las personas, puede convertirse en una forma inminente de caridad.
“Un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros entra en el campo de la más amplia de caridad, la caridad política que es hacer un orden social”, refirió.
Por eso el llamado a quienes tienen un encargo dentro de la función pública, a considerar que su deber es crear las condiciones que procuren un futuro digno y justo para la sociedad.
El Obispo rememoró las bienaventuranzas presentadas por un Cardenal vietnamita, enfatizando que es bienaventurado el político que tiene una alta conciencia sobre su papel, reflejando la credibilidad y el trabajo por el bien común, y no por sus intereses propios.
“Es bienaventurado el que está comprometido con llevar a cabo un cambio radical, el que sabe escuchar y el que no tiene miedo”, puntualizó.