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Micaela Guzmán, la primera alcaldesa de Tenancingo inicia su entrega recepción 

Con un gobierno de transparencia, eficacia y responsabilidad, sacó adelante a un municipio estigmatizado; ser la primera mujer al frente del ayuntamiento significó un parteaguas en la política local

Miguel Ángel Lara

Micaela Guzmán Guzmán, la primera presidenta municipal de Tenancingo, inició el proceso de entrega-recepción con el próximo alcalde, Emmanuel Contreras Corona. 

Con un gobierno que se caracterizó por conducirse con transparencia, eficacia y responsabilidad, la alcaldesa confía en que no habrá problemas, pues durante sus tres años al frente del municipio sacó adelante a un pueblo que estaba estigmatizado y que hoy habla con nuevas voces de cara a un mejor futuro.

Y es que, luego de cambiar a un pueblo que se resistía a nuevas alternativas, ser la primera mujer significó para ella no solo una experiencia profesional, sino que marcó un parteaguas dentro de la política local, ganándose no solo el cariño de la gente, sino su apoyo y firme compromiso de continuar el cambio que todos buscan.

Ante representantes del Órgano de Fiscalización Superior (OFS) del congreso del Estado, la presidenta municipal inició el procedimiento en conjunto con el próximo alcalde, Emmanuel Contreras Corona, y su equipo de trabajo, de inicio signaron el documento para iniciar el proceso que habrá de concluir antes de la toma de protesta.

Sin embargo y dado el trabajo de Guzmán Guzmán, el próximo presidente de comunidad tendrá que asumir el reto de no fallarle a su pueblo, pues de palabra ya signó con la ciudadanía el compromiso de darle continuidad al progreso de Tenancingo.

Entre las acciones que Micaela Guzmán realizó para Tenancingo están la ampliación de redes de agua y el mejoramiento del servicio que durante varias décadas aquejó a la población, la apertura y rehabilitación de calles y avenidas que tenían un rezago de hasta 30 años, el rescate de espacios públicos para cambiar la cultura de niños, jóvenes y adultos, entre otros.

Sin embargo, lo que la distinguió durante su trienio fue, en definitiva, apostar por la cultura como un agente de cambio social a partir de los niños para que, desde las nuevas generaciones y con visión a futuro, Tenancingo sea otro.